Mi deber era matar, pero luego ella me cambió…

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Capítulo 18


Un lugar olvidado de Dios, localizado en un rincón nevado de la frontera entre China y el Tíbet. Los clientes del lugar son de la peor calaña posible: fugitivos, ladrones, asesinos y violadores, todos cobijando su verdadero ser bajo gruesos abrigos, tarros de cerveza y prostitutas baratas. Nada raro ver una riña aquí y otra allá, ocasionadas por disputas en los juegos de azar.

Una figura que muchos considerarían siniestra observa el grotesco lugar desde un rincón débilmente iluminado. Una capucha cubre su rostro y solo se logra ver el ocasional destello de un cigarrillo y el situacional trago de whiskey barato, es posible distinguir una tupida barba gris bajo las sombras de su gorro.

-¿Necesitas compañía, guapo?- preguntó al extraño una prostituta ya muy entrada en años.

-Piérdete- contestó secamente el hombre mientras daba un largo trago.-Y en lo que te pierdes tráeme otro trago-

La señora le miró extrañada, pero no vaciló en traerle otro trago a sabiendas que casi seguro acarrearía una propina.

De pronto, la relativa calma del lugar se vio interrumpida por la violenta llegada de cinco hombres vestidos de negro, a la usanza oriental. De un lado de sus cinturas colgaban katanas de aspecto antiguo, del otro modernas pistolas automáticas.

-Modernidad y antigüedad como uno solo- pensó para sí el extraño.

El que parecía ser el líder de los individuos intimidó al encargado del tugurio, al parecer para sacarle información. Un maleante cercano se acercó para proteger al cantinero, solo para ser derribado de un violento codazo a la mandíbula. Al ver a su camarada caído, varios individuos se lanzaron para atacar a los invasores. Varios disparos después todos los malvivientes los suficientemente ilusos como para buscar pelea se encontraban muertos o heridos.

Finalmente el cantinero sucumbió ante la presión y señaló al fondo del lugar. Tan pronto como hizo esto una katana le atravesó las entrañas.

Los cinco asesinos rodearon al extraño, el cual no se molestó siquiera en mirarles, le dio un último trago a su whiskey y alzó finalmente la cabeza. Antes de que ninguno pudiera hacer nada la mesa del hombre salió volando, confundiendo a los matones.

Debajo de su grueso abrigo el hombre sacó una espada, tan antigua como la que los atacantes portaban.

En una rápida sucesión de movimientos mató a dos asesinos antes de que siquiera pudieran moverse, pateo a otro contra un candelabro, incendiando el lugar, finalmente le arrebató el arma a otro de los matones, le disparó en el cráneo y le disparó en la pierna a otro que al ver cuán fácil cayeron sus compañeros trataba de escapar.

-¿Quién demonios eres…?- le dijo el asesino caído mientras se trataba de arrastrar lejos de aquel demonio encapuchado.

El extraño no respondió, golpeó violentamente al matón caído con la pistola, noqueándolo.

– Muchos me dicen zorro plateado, otros simplemente me dicen Oguchy-

***

Mike Langdon, el agente de la CIA caído en desgracia, se encontraba en su cubículo en el cuartel general de la DSGE (Direction Générale de la Sécurité Extérieure) en la capital Parisina.

Langdon estaba sumamente molesto, no habían encontrado nada útil en la avioneta incautada hace poco en las afueras de la ciudad, era prácticamente nueva y sin registro. La falta de evidencias solo había ocasionado muchos regaños de sus superiores y otro error para su expediente.

-Estoy seguro que hay algo turbio en todo esto…y estoy seguro que todo esto se relaciona con lo que pasó con mi equipo tiempo atrás…- pensaba Langdon- He pasado los últimos 2 años y medio de mi vida buscando evidencias, relacionando pistas y políticos, y esto no me ha llevado a nada, estoy pensando que tal vez debería rendirme…-

-Mike Langdon ¿Cierto?-le interrumpió de sus pensamientos una joven rubia, bastante bella.

-Así es, ¿Y usted es?-

-Soy Nicole Laroque, agente operativa de la DSGE.

-Mucho gusto señorita Laroque ¿A qué debo el honor de su visita?-

-Por error me he enterado de sus investigaciones-

-Laroque, mis investigaciones son mis asuntos, y le puedo asegurar que no entran en conflicto con ningún proceso  de la CI o de la DSGE, por lo tanto le ruego que no me moleste en ese aspecto- Le contestó Langdon sumamente exasperado.

-Mike ¿Puedo llamarte Mike cierto?, te aseguro que lo que menos quiero es alterar tus investigaciones, a decir verdad el único motivo por el que me enteré de su existencia es porque se cruzaron con averiguaciones mías. Y creo que estamos llegando a algo.-le contó mientras le extendía su tarjeta.

-¿Disculpe? No creo estar entendiendo bien esto-replicó confundido el agente de la CIA mientras le echaba un vistazo a la tarjeta de la agente fracesa.

-Hoy a las 9 pm te espero en el restaurante Le Bourdonnais, para discutir la existencia de un consorcio internacional de asesinos-Y dicho esto se alejo tan rápido como llegó.

***

Montague hacía su maleta en los cuarteles de los asesinos en Chicago.

-Lamento dejar así este lugar, pero no tengo opción, si deseo recuperarla es mi única opción- pensaba el espigado asesino.

Después de su encuentro con los asesinos rivales Montague había decidido que la única manera de recuperar a su amada era a través de ellos, aún cuando eso implicaba darle la espalda a todo en lo que creía y todo por lo que alguna vez había luchado.

Era de madrugada, por lo que era menos probable encontrarse obstáculos para salir, así que de forma muy sigilosa Montague atravesó los pasillos del enorme complejo (30 pisos).

Cuando parecía que iba a lograr escapar sin complicaciones una voz y varios pasos atrás de él le detuvieron.

-Montague, no tienes autorización para salir de este edificio hasta nuevo aviso- Le anunció Itami Kei, el cual comandaba un grupo operativo de diez hombres.

-¿Puedo preguntar por qué?- Les inquirió sin perder la compostura ni la calma.

-Son ordenes del gran maestro, ahora si eres tan amable de regresar a tus habitaciones-

-Lo siento, pero eso no será posible-contestó Montague al mismo tiempo que sacaba un artefacto del tamaño de una nuez de su bolsillo.

-¿Te atreves a contradecir las ordenes del gran maestro?- le dijo Itami con una verdadera indignación.

-Me tengo que ir- Y dicho esto, Montague estrelló el artefacto en su mano contra las ventanas del lugar abriendo un espacio suficientemente grande para saltar por él, cosa que hizo en el acto, antes de que los hombres de Itami le alcanzaran.

-Estamos en un veinteavo piso señor Itami, no hay forma que sobreviva esa caída, recuperaremos su cadáver tan pronto como sea posible-

-No diga tonterías-dijo Itami muy molesto- Es obvio que escapara ileso-

– ¿Cómo lo sabe señor?-

-Porque yo habría escapado así-


Una enorme disculpa pero ya volví :D


Oh! Mis adorados lectores (si es que aún tengo por mi desconsiderada actitud) me tengo que disculpar terriblemente por haberles olvidado por tanto tiempo. He de decirles que a pesar de no haber escrito en mucho tiempo mi mente no se ha olvidado de mi querida tormenta oscura, orgullosamente les aviso que ya esta casi lista la segunda parte de la historia y en muy poco tiempo comenzaré a publicar regularmente. Para compensarles les haré un adelanto de lo que pueden esperar en esta continuación:

  • Un papel mucho más importante de el agente Lagdon de la CIA y su conexión con los asesinos.
  • Una explicación de quienes son y las verdaderas intenciones de los enemigos milenarios de los asesinos.
  • Un enfrentamiento entre Nikola y Montague.
  • Un papel mucho más importante de Oguchy en la saga, de paso demostrando porque es reverenciado como uno de los mas letales asesinos, sin importar su edad.
  • El tan esperado encuentro (al menos para mí xD) entre Montague e Itami Kei
  • El cambio de la narración de 1era a 3era persona (aún no me decido del todo, ¿Qué opinan?)
  • Más romance y drama, pues como dijo un amigo (el buen Guillermo), no todo puede ser matanza y sangre.
Además de muchas sorpresas más, por último les dejo una imagen de como imagino al buen Oguchy.

Preview de una nueva obra


En mis ratos de ocio me gusta escribir piezas libres, y ahora mismo tengo entre mis manos el primer capítulo de una obra que será monumental, cuando el momento sea indicado le dedicaré su propio blog, pero por ahora la comparto con ustedes mis amados lectores. Denme su opinion 🙂 Saludos.

El frio le calaba hasta los huesos, cada músculo de su cuerpo se tensaba. Tenía las extremidades semientumecidas por el crudo frío del ambiente. Una ligera brisa de copos de nieve le cubría el torso desnudo. Los pinos cubiertos de polvo blanca a su alrededor se mecían con la brisa invernal. El joven alto y moreno se encontraba rodeado por siete gigantescos lobos, y cada uno de ellos enseñaba amenazadoramente sus filosos y letales dientes. El joven aparto un mechón de cabello negro de su frente y apretó firmemente la lanza entre sus manos. Estaba listo para atacar. Estaba listo para matar. Un lobo de pelaje negro, el más grande de todos, fue el primero en moverse. En un rápido y fugaz movimiento estiró por completo su cuerpo y se abalanzó sobre la presa. Todos los lobos le siguieron con movimientos similares. Y después de que todos los animales se hubieron movido el joven lo hizo también. El oso victima de los embates les miró en un principio extrañado, estaba acostumbrado a ser intocable, ¿Quién se atrevería a meterse con él de todos modos? No tardó mucho en darse cuenta que ese curioso grupo de lobos se estaba preparando para atacarle, y más extrañamente aún, un simple humano tambié. estaba en guardia. El primer atacante le mordió un brazo, el oso con un rápido manoteo se lo quitó de encima, los demás lobos que siguieron sufrieron destinos similares, fueron violentamente aventados a la distancia. Todos los animales se pusieron de pie rápidamente, pero extrañamente no atacaron, esperaban algo…

Finalmente el joven se lanzó a atacar también, el oso ya le esperaba, y se encontraba mas que furioso, las garras de éste hicieron una profunda herida en el pecho de aquel muchacho que de inmediato empezó a sangrar. Si eso dolió el chico no dejó que se notara pues no emitió ni un gemido de dolor. El oso se abalanzó violentamente contra su inusual presa, éste no se movió ni un centímetro hasta que la bestia estuvo al alcance de su lanza. El arma se incrustó en el estomago del oso el cual dejó escapar un rugido de dolor. El joven clavó su lanza hasta el fondo y en una ágil maniobra tomó el cuchillo que yacía en su cintura, trepó a la espalda del oso y le cortó el cuello. La bestia cayó muerta al instante.

-Bien hecho príncipe Yéneos- dijo el lobo más grande- esto prueba que ya eres apto para cazar a nuestro lado-

-Aún no estoy listo Remo…me hirió…aun no soy digno…- dijo avergonzado el joven

-No te presiones tanto aún joven príncipe- contestó el lobo acercándose al chico- en años lobo apenas eres un cachorro-

-Pronto tendré veintiún años, lo que significa que podré suceder a mi padre como rey, y aun no soy digno- dijo cabizbajo el joven.

-Yéneos, eres apenas el séptimo humano en ser admitido para cazar en una manada, deberías estar orgulloso de eso-

-Lo estoy, ¿Puedo montarte Remo?-preguntó Yéneos ilusionado-me haría bien ahorrarme la caminata-

-No presiones chico, sabes bien que para que un lobo te permita montarle se necesita un vínculo sin precedentes, y hasta ahora nadie jamás lo ha logrado- dijo Remo rechinando los dientes.

-Si lo sé, pero tenía que intentarlo- dijo sonriendo Yéneos.

-Vámonos, es momento de volver a la guarida- y mientras Remo decía esto profirió un aullido tal que se le heló la sangre al príncipe, ya varias semanas a su lado y aún no se podía acostumbrar a la majestuosidad del aullido de un lobo alfa.

Todos los lobos corrieron en la dirección guiada por Remo, Yéneos les seguía a una distancia no mayor a 5 metros, siendo humano era algo para notarse.

Correr con los lobos, era una de las cosas que mas le gustaba a el joven príncipe. Sentir el viento en su cara y ejercitar sus piernas era un simple delirio de gozo. Se sentía más libre que nunca.

Una vez en la caverna, que hacía las veces de guarida para los lobos, sacó unas hierbas de su morral para curar su pecho.

-Ouch- dijo Yéneos

-¿Qué sucede?-preguntó un lobo cuyo pelaje era levemente rojizo-

-nada Rubén, solo arde un poco-

-¿Cuánto tiempo más te quedaras?- inquirió el mismo lobo.

-Solo esta noche, ya estoy en problemas por haberme quedado tanto tiempo, debo volver a mi campamento- y dicho esto el joven se acurrucó en su nueva piel de oso y durmió.

************

-¿Dónde rayos te habías metido Yéneos?- llevamos días buscándote- dijo un joven igual de moreno pero un poco mas bajo que Yéneos.

-Y aún así no m han encontrado- respondió el príncipe sonriente-calma Mizar, ya estoy aquí-

-No es gracioso, algo está pasando. El coronel Angelus desea verte en el acto, al parecer hay noticias desde la capital-

-Muy bien, voy en camino- dijo resignado Yéneos

El coronel Angelus era un militar veterano, 115 años de servicio y aún se sentía como un joven de setenta. Hace unos años había sido asignado a la provincia exterior para el entrenamiento de nuevos soldados, “el infierno congelado” así le decía el coronel a este lugar.

-¿Sabes porque viniste a la provincia exterior Yéneos?- preguntó el coronel que se encontraba sentado en su silla de piel de búfalo marrón, descansaba los pies en su viejo escritorio.

-Pues seguramente no a que me regañen- contestó altanero el príncipe

-Todo lo contrario chaval- dijo Angelus mientras se paraba violentamente de la silla- viniste aquí para convertirte en un guerrero de elite, para ser lo mejor de lo mejor, para ser un digno sucesor de la corona real- gritó el coronel perdiendo momentáneamente la postura.

-No entiendo qué más quieren de mi-gritó Yéneos- soy fácilmente el guerrero más hábil de todo el campamento, dómino las 29 armas básicas como extensiones de mi cuerpo, ¡por Hideg! ¡Incluso fui aceptado por los lobos!-

-Y aún así eso no significa nada-dijo Angelus mientras se volvía a sentar- no has aprendido lo más básico, aún no eres humilde, me temo- concluyó el viejo militar, se apreciaba frustración en sus ojos.

Yéneos estaba atónito.

-Como sea, no es eso por lo que te he llamado, tu entrenamiento será interrumpido por el momento-

-¿Qué?!- Gritó violentamente el príncipe- ¡Eso no es posible! No pueden hacer eso-las venas del cuello del joven se marcaban por su furia e indignación.

-Calma Yéneos, esto es temporal, solo en lo que resuelves tus asuntos en la capital-

-¿Eh? ¿Cuáles asuntos?-le cuestionó el guerrero genuinamente sorprendido.

-Si hubieras estado presente en los últimos cinco días sabrías que el rey pidió tu presencia en la capital hace una semana-

-¿Y cuando se supone que debo de ir?-preguntó interesado Yéneos.

-Mañana, para mañana en la mañana debes estar antes tu padre-

-Es imposible, no hay manera que llegue a Tudor mañana, necesito al menos tres días en un caballo veloz-dijo él, sabiendo muy bien las distancias desde donde se encontraba hasta la capital.

-Es por eso que te asignaremos un caballo salvaje-

-¿Está loco?! Un caballo salvaje es imposible de montar, voy a acabar matándome-

-¿Tan pronto te acobardas Yéneos?- dijo sonriendo maliciosamente el anciano coronel- esa no es la actitud de un rey-

-¿Dónde está el caballo?- preguntó decididamente el joven. A pesar de su bravura, Yéneos era muy fácil de manipular mediante su orgullo.

-Sígueme- dijo una joven que se encontraba en el umbral de la puerta, era morena clara, menuda pero bella.

-¿Lorieth?- dijo asombrado Yéneos-cuanto tiempo ha pasado- comentó el muchacho pensando en aventuras pasadas.

-No el suficiente, vamos joven príncipe-

Viendo como salían de la habitación Angelus no pudo evitar pensar “jóvenes”.

***********

Los establos eran amplios y estaban llenos de alfalfa, un olor a estiércol inundaba el ambiente, pero esa era la menor de las preocupaciones de Yéneos.

-Lorieth…yo… lamento…-

-Este es tu caballo- dijo la joven interrumpiéndole- fue capturado apenas ayer, tendrás un buen momento domándolo.

-Este…gracias…Lorieth, antes de irme quisiera este…dejar las cosas claras entre nosotros…me podrías perd…- justo en ese momento la joven le llevó las manos a los labios en el gesto universal de silencio y le tomó de la mano mientras le conducía a un cubículo vacio del establo

-Creo que esto dejará las cosas claras entre nosotros- dijo ella mientras se desabotonaba la blusa y le dirigía una mirada retadora al joven.

-Creo que si me perdona- pensó irónico Yéneos mientras cerraba la puerta del cubículo.

*********

-Montar al caballo salvaje estaba siendo considerablemente más fácil de lo que había sido estar con Lorieth- pensaba el joven príncipe mientras se acariciaba su adolorida entrepierna. Justo cuando él pensaba que Lorieth y él podrían estar una vez más juntos, ella le había propinando tremendo rodillazo en el punto débil de todo hombre. Yéneos se había quedado tirado en el establo al menos veinte minutos.

-Para que me recuerdes-le dijo Lorieth mientras les tiraba un beso.

El camino a Tudor le había resultado fácil en el caballo salvaje, su velocidad era increíble por el hecho de que jamás había sido domado antes. Una vez que fuera entrenado olvidaría como correr a tal velocidad.

-Desde aquí se ven las torres de Tudor, ¿Lo ves darky?- le dijo al caballo Yéneos refiriéndose a él con el nombre extra oficial que le había dado, obviamente el caballo no respondió, todo el mundo sabía que los animales no hablan, salvo uno que otro lobo.

Tudor no había cambiado mucho desde la última vez que el joven había estado ahí, hace ya cinco largos años. Las torres reales se alzaban sobre el cielo de la capital, los caminos estaban pavimentados con las mejores piedras y los estandartes de la nación yacían orgullosos en cada pared. El tráfico era bastante pesado, decenas de caballos de diferentes razas y colores llenaban las calles acompañados por numerosas carretas y majestuosos carruajes.

-Es bueno estar en casa- pensó en voz alta Yéneos, recordando todas las peripecias en las que se vio envuelto en su infancia en la capital.

Como era de esperarse fue recibido como el príncipe que era, todas las jóvenes criadas peleaban por atenderle.

-¿No quiere un baño joven príncipe?- dijo una voluptuosa criada rubia

-En otra ocasión linda-dijo el joven y para sus adentros pensó-lo siento cariño no eres mi tipo-

-Joven, príncipe permítame llamar a su padre- dijo el mayordomo real. Un individuo casi tan viejo como la misma tierra.

-Gracias Theodoseo- dijo sinceramente Yéneos agradecido de que el mayordomo le sacara de este embrollo.

El rey se encontraba en su cama tratando de conciliar el sueño, su semblante era angustiado.

-Padre…-

-¡Yéneos!- gritó el rey con júbilo- hijo mío qué bueno que has venido-el semblante del anciano monarca cambió momentáneamente.

-¿Cómo te encuentras padre?-

-me temo que la muerte ronda este cuerpo decrepito, hijo mío- dijo el anciano con tristeza- solo le ruego a Hideg que me de fuerza para soportar hasta que cumplas la edad necesaria para poder convertirte en rey-

-Padre no digas eso- dijo Yéneos sujetándole la mano firmemente- eres fuerte, eres un rey-

-De cualquier modo hijo, no es por esto que te he llamado, es por algo más formal me temo-

-dime padre-

-En cuatro días tendrá lugar una reunión en nuestro reino hermano de Luminaria para refrendar los acuerdos comerciales, pero por mi delicado estado de salud no podré asistir, es por eso que te necesito hijo, necesito que vayas a Luminaria en representación mía-

-Pero padre aún no soy mayor de edad, faltan dos meses para que cumpla veintidós años-

-No importa Yéneos, sangre real corre por tus venas, ¡el mismo poder que me mantiene con vida te dará fuerza! ¿Sabes que sucederá si muero antes de tu cumpleaños? ¿Lo sabes?- gritó exaltado el rey.

– La línea sucesoria se perderá… y otra casa real ocupará el trono…-contestó el príncipe.

-Exacto hijo, eso ya ha pasado y fue el destino el que nos colocó en el trono una vez más, y tu sabe bien que las demás casas reales no son aptar para gobernar, que Hideg me perdone pero son unos idiotas-

-Padre…- No pudo evitar asentir ante el comentario de su progenitor, las otras casas reales habían abandonado el entrenamiento militar hace mucho, eran cínicos e hipócritas que solo veían por ellos mismo.

-Nada hijo- dijo el rey seriamente- iras a Luminaria y te mostrarás digno-

-Si padre- contestó resignado Yéneos

-Desearía estar con la manada- pensó el joven príncipe, esto de la política va a matarme.

 

 


Nuevas cosas por venir


¿Cómo les va a todos? Muchas cosas han pasado que me han impedido escribir, pero mi convicción es más fuerte que nunca. Tengo un anuncio que dar:
Antes de seguir con la publicación de la segunda parte de tormenta oscura, publicaré una serie de one shots sobre los personajes de mi serie, todas las historias se relacionaran de un modo u otro con la saga. 🙂 Estamos en contacto


Epílogo de la Primera parte


NOTA: Antes de leer esto es una buena idea darle una revisión a la introducción y al primer capítulo de tormenta oscura.

Mis ojos se abrieron, de pronto ya no estaba inconsciente en medio de las afueras de París, Victorie ya no yacía muerta a unos cuantos metros de mí, y Nikola ya no estaba a unos cuantos centímetros de mi alcance.

Ahora estaba en Chicago, una feroz tormenta dejaba caer toda su furia contra mi persona, gruesas gotas de lluvia atacaban mi rostro como abejas furiosas.

Estaba en caída libre desde la cima de uno de los edificios más altos de la ciudad. La proposición de mis enemigos jurados acerca de ayudarme a revivir a Victorie me tenía sumamente intrigado, sin embargo aceptar su ayuda significaría darle la espalda a la organización que me crió, a la organización que me salvó hace tanto.

Por otro lado, como podía tomar en serio esta invitación, ellos la mataron y casi me secuestran, de no ser porque en el último minuto mis hermanos asesinos me salvaron… por desgracia llegaron demasiado tarde para prevenir la muerte de mi amada a manos de Nikola…

-Nikola-

Ese bastardo me engañó todo el tiempo, tantas misiones, tantas desventuras y jamás me pude dar cuenta que era un doble agente, y cuando por fin se reveló la asesinó… y lo pagará, le mataré con mis propias manos…le mataré como él la mató.

Mi única explicación es que en la organización rival hay dos diferentes bandos, uno fue el que hizo de mi vida en París un inferno hace unos cuantos meses,  y el otro que me ofrece ayuda ahora.

La decisión la debo tomar ya… o me dejo caer al vacío y abandono la última esperanza de recuperar a Victorie o me salvo ahora y traiciono todo en lo que alguna vez confié.

Si lo hago traicionaré a Oguchy… él que siempre me ayudó… y sin embargo no le he visto desde hace casi un año, la única explicación que me dieron fue que se fue a descubrirse a si mismo…

Nada de esto tiene sentido…pero nada lo tiene si Victorie no está a mi lado…

Lancé mi soga a un edificio cercano y con delicadeza me balancee hasta el piso, en un simple movimiento caí de pie en medio de la lluvia y en medio de la noche.

-No me importa si ellos no me pueden devolver a Victorie, después de esto mi vida acaba, sólo me queda algo por hacer. Matar a Nikola, y si la única manera de llegar a él es unirme al enemigo, que así sea-


Capitulo 17


-Bien, señores, todos en posición, el objetivo está a nuestro alcance ahora más que nunca-decía calmadamente Itami Kei por los micrófonos de su pequeña sala de mandos, todos los operativos de campo le podían oír alto y claro- No podemos fallar, todos esperaran hasta que de la orden explicita, si alguien no me obedece o comete el menor de los errores lo mataré yo mismo.
Y dicho esto Itami apagó el comunicador principal y encendió uno secundario que le permitía comunicarse exclusivamente con quien él quisiera de sus agentes.
-Nikola, ¿Me escuchas?-
-Alto y claro, Itami-respondió el rubio.
-Tenemos poco tiempo, tú coordinaras las acciones en el campo, eres moderadamente menos incompetente que la demás basura que nos asiste-dijo Kei con un desprecio nada disimulado.
-Te recuerdo que fui yo el que se encargó de Fedro Méndez en el apartamento-contestó Nikola, la rabia producto de su ego herido le salía por los poros como agujas.
-Sí, con ayuda de la mitad de tus hombres que te salvaron justo antes de que te mataran, además tu idiota dejaste que Montague viera tu rostro-
-¡Improvisé la situación bien!-replicó el rubio furioso.
-Cómo sea, si fallas ahora personalmente me encargaré que nunca más vuelvas a equivocarte- dijo Itami, apagando el comunicador antes de que Nikola le pudiera contestar.
-¡Estúpido perrito faldero!-gritó el ahora coordinador de las acciones de campo-¡Quien cree que es para hablarme así!
Nikola trataba de contenerse tanto como podía, él sabía muy bien que no era buena idea dejar que los hombres bajo su mando le vieran así-
-Rodríguez, por favor acompáñame-le dijo a un agente cercano, el tono de voz del rubio sonaba forzado, apretaba los dientes y los puños, al grado de hacerse daño el mismo.
-Claro señor, ¿Qué necesita?-le respondió el hombre.
Tan pronto como ambas personas se perdieron de vista Nikola comenzó a hablar.
-¿Sabes cuál es mi verdadero nombre, Rodríguez?-
-Yo…no se qué tiene que ver con…-el soldado se veía nervioso, era obvio que esta era una de sus primeras misiones y no estaba acostumbrado a ser interrogado directamente por un superior de tan alto rango.
-¿Estas nervioso? El ponerse nervioso no es una opción en este negocio, Rodríguez- le interrumpió el rubio con un tono en la voz que no indicaba nada bueno
-Yo….no señor no se cual es su nombre-
-Mi nombre es Nikolai Bogdánov, así que ahora te referirás a mí como señor Bogdánov-
-C…claro señor Bogdanov-se veía el sudor bajo la máscara negra que cubría su rostro.
-¿Alguna vez has oído algo sobre mis conquistas amorosas, Rodríguez?-
-Hay rumores que en una ocasión…-
-Sí, lo sé, una tipa me drogó, pero en vez de matarme me llevó a una base y bla bla bla, total que al final maté a mis captores y todo salió bien. Eso es totalmente cierto, lo que no muchos saben- y mientras pronunciaba estas palabras una sonrisa maligna se dibujó lentamente en su rostro- Es que yo mató a todas y cada una de las mujeres con las que me acuesto-
Rodríguez no respondió, él sólo deseaba irse de ahí tan pronto como pudiera, escapar de ese monstruo que estaba justo frente a sus ojos.
-Y vaya que me he acostado con muchas mujeres, pero no te preocupes, sólo quería desahogarme y decirle esto a alguien, vamos volvamos con los demás-
Apenas el pobre iluso se dio la vuelta, Nikola aprovechó el instante para clavarle una daga en la garganta, se aseguró de hacerlo de modo que Rodríguez no muriera al instante.
El rubio se hartó de patear y golpear el cuerpo inmóvil de su subordinado, el cual no podía hacer nada, ni siquiera gritar, solo emitía vagos sonidos guturales mientras trata de hacerse presión sobre su lacerada garganta.
Una vez que Bogdánov se hartó de golpearle, clavó su daga en el corazón de su víctima.
-¡Ah! Me siento mucho mejor ahora, no te aflijas Rodríguez, era obvio que no ibas a ser un buen asesino, y por cierto es Bogdánov, con acento en la a- dijo alejándose del lugar sin siquiera voltear.


***
-Sé que esto es algo que se debe de hacer…sé que con la captura de Montague se reunirá la pieza más importante de una maquinaria milenaria…pero me cuesta trabajo ver a aquel que considero como mi hijo como un simple engrane…-
Oguchy sabía perfectamente que no tenía caso alguno torturarse de esa forma, pero cada vez que intentaba poner su mente en blanco, su conciencia divagaba y lo llevaba a lo mismo de nuevo.
-Se que le vendí mi alma al diablo hace mucho…y ahora le vendí a Montague…oh hijo mío…-
***


-Ya llegamos Victorie, espera aquí en la moto por un segundo, me iré a asegurar que todo esté en orden-le dije a mi amada tratando de que mi voz no sonara preocupada.
-Está bien-me contestó secamente, esta situación había mucho más de lo que ella había podido manejar, mucho más de lo que cualquiera podría manejar.
El lugar estaba efectivamente desolado, no se escuchaban ni siquiera los clásicos sonidos de la noche.
La bodega donde se escondía nuestro boleto de salida de este infierno era amplia, tenía un diseño clásico, incluso su color era crema muy suave, y a decir verdad si Fedro deseaba que este lugar no destacara ni llamara a atención, lo hacía muy bien.
-Fedro…- me lamenté en silencio por unos instantes-
Jamás le había considerado como un gran amigo hasta hace unas horas, a decir verdad ni siquiera le consideraba un amigo, solo le veía como un subordinado más, como mucho un compañero. Todo eso cambió el día de hoy…el dio su vida por Victorie y por mí, se que murió, no me ciego tratando de imaginar de qué forma romántica y audaz Fedro escapó, tampoco me torturo pensando en cómo le asesinaron. Lo único que desearía saber es porque me ayudó…
-Montague… ¿todo está bien?-me preguntó Victorie
-Oh, claro cariño, no te preocupes, ya vuelvo-me había distraído demasiado en mis pensamientos que me privé del mundo exterior, no podía permitirme eso si quería que mi amada y yo saliéramos vivos de esto.
Saqué las llaves y abrí el almacén, se oyó un estruendoso rechinido al mover la pesada puerta de lámina, lo que vi me dejó anonadado.
-¿V…vacía…?
***
El momento final por fin había llegado, Itami Kei lo sabía muy, muy bien. El éxito estaba justo enfrente de él, como una manzana colgando de un árbol prohibido, ahora solo tenía que estirar su mano un poco más para cogerla.
-El gran Maestre estará complacido- pensó.
Encendió con calma el micrófono y dio la orden con firmeza pero con tranquilidad:
-Ahora, procedan-
***
-¿Porqué esta vacía…?-fue todo lo que alcancé a decir segundos antes de recibir una descarga de cincuenta mil voltios en mi nuca.
-¡Montague!-oí gritar a Victorie a lo lejos.
Sin darme cuenta estaba en el suelo boca abajo, mi boca estaba en contacto directo con el sabor de la tierra y de la suciedad del suelo. Veía imágenes borrosas, docenas de hombres de negro me rodeaban, y a lo lejos escuchaba a mi amada gritar mi nombre de nuevo. Traté de alcanzar mi katana torpemente, un pie desconocido pateó mi arma lejos de mi alcance.
-¡¡Victorie!!- grité a viva voz mientras me levantaba, como respuesta recibí otros 50.000 voltios en mi nuca. Caí de bruces al piso, sentía que me iba, que todo se hacía oscuro.
-Levántenlo- ordenó una voz muy familiar.
-Nikola- dije tan débilmente que dudo que alguno de los individuos a mí alrededor me escuchara.
-Levanten su cabeza, quiero que vea esto-
Lo que miré me dejó horrorizado.
Nikola tenía a Victorie presionada contra uno de los muros de la bodega, su antebrazo estaba en el cuello de mi amada, manteniéndola inmóvil.
-Mo…Montague…-me llamó apenas pudiendo articular las palabras por la presión.
Luego vi sus ojos…dicen que los ojos son la ventana del alma, de ser cierto en su alma solo había terror y desesperanza, sólo miedo. Pero yo sabía que en el fondo ella pensaba que la rescataría, que la salvaría.
Traté de moverme, pero me tenían bien asegurado, apenas intenté algo un puñetazo en el abdomen me dejó sin aire.
-¿Algo que decir Montague?-me preguntó el bastardo rubio.
-No le hagas daño…tómame a mí y déjala a ella-le dije, mi voz dejaba ver mi furia y mi terror.
-Oh, Montague, ella se va a quedar aquí, no te preocupes- en cuanto dijo esto, Nikola sacó una daga de su cintura y me dijo:
-Di adiós Montie-
Y sin misericordia clavó su arma en el estomago de Victorie.
Por un instante fue como si el mundo se hubiera detenido, en cámara lenta pude ver como mi amada abría los ojos de par en par por el dolor, como un chorrillo de sangre salía por la comisura de sus labios, como su cuerpo caía en un golpe seco al suelo. Y al mismo tiempo que su cuerpo tocó el piso fue como si mi madre cayera al suelo una vez más, perdí al otro de mis más grandes amores, que si bien eran dos diferentes formas de amor, ambas me daban lo mismo, y ahora, ahora ya no tenía nada.

-¡¡¡NO!!!- mi gritó partió por la mitad a la noche como un relámpago, un relámpago lleno de furia, rabia y dolor.
Una repentina ráfaga de adrenalina golpeó mi cuerpo como un tren, me liberé de las manos que me tenían preso, giré en un movimiento vertiginoso y le partí el cuello a mis captores. Sentí de nuevo otros 50,000 voltios en mi nuca, no me dolió, ni siquiera lo sentí, fue como dispararle a un animal herido, solo me puso más furioso.
Tomé del cuello al pobre imbécil que me había agredido, le clavé los huesos de la nariz en el cerebro con un golpe estilo leopardo. Tomé de su cintura su katana y la masacre empezó.
Había al menos 10 agentes a mí alrededor, me batí en duelo con todos al mismo tiempo. Maté a los primeros tres antes de que pudieran reaccionar, por desgracia los demás estaban listos, mi espalda sufrió tres ataques, tres heridas muy profundas, ignoré el dolor y seguí adelante. Maté a cuantos pude, pero mi cuerpo cada vez se movía menos. Por sus movimientos era obvio que no querían matarme, sin embargo ya estaba muy herido, sin duda al menos un órgano interno perforado y mucha sangre perdida.
Cuando el último cayó caminé hacía Nikola. Mi andar era lento, como el de un zombie, pero aún así el bastardo no me enfrentó uno a uno. Sacó su revólver y me disparó, una bala impacto mi hombro, retrocedí unos instantes pero seguí avanzando. Otro balazo me hirió el otro hombro, seguí caminando, era muy obvio que me querían con vida. El rostro del bastardo reflejaba miedo, miedo de mí.
Finalmente un impacto en mi pierna derecha me hizo cojear, pero seguí caminando ignorando todo, el asesino estaba a unos cuantos centímetros de mí poder, le mataría le haría sufrir. Pero mis parpados se sentían pesados, todo se veía borroso, quería atacarlo pero ya no podía siquiera mantenerme en pie, caí de rodillas, mis brazos estirados para alcanzarle, no pude sostenerme y finalmente caí de bruces, lo último que vi antes de perderme fue la cara aterrorizada de Nikola, después solo vi oscuridad.


Capitulo 16


Desde los años 50’s había existido una tensa relación entre Francia y Estados Unidos, particularmente entre la CIA (Central Intelligence Agency*), y la DGSE (Direction Générale de la Sécurité Extérieure*) el equivalente francés de la popular agencia norteamericana, la DGSE era conocida en ese entonces como la SDECE (Service de Documentation Extérieure et de Contre-Espionnage*).
La relaciones bilaterales llegaron a un punto de quiebre en los 90’s cuando el servicio de inteligencia francés inició una agresiva campaña contra diversas compañías americanas, entre ellas IBM.
Las agresiones se extendieron a diplomáticos y empresarios estadounidenses al irrumpir en los hoteles de éstos (aprovechando sus estadías en Paris) y robar valiosos documentos y diseños.
Finalmente la CIA inició un programa de contrainteligencia para contrarrestar los avances franceses.
Eventualmente el asunto se enfrío con ambos bandos cediendo parcialmente. Actualmente, si bien las relaciones siguen algo tensas, hay un ambiente de cooperación entre ambos países y sus respectivas agencias de espionaje.

Michael Langdon, agente de la CIA estacionado en Francia, se encontraba haciendo horas extras por tercera vez en la semana en los cuarteles generales de la DGSE.
-Este trabajo de oficina eventualmente va a matarme-pensaba en voz alta el joven alto y atlético. A él le gustaba mantenerse en forma (a pesar de que un trabajo meramente administrativo como el suyo no lo demandara), incluso se permitía un poco de vanidad respecto a su cabello, mantenido al rape todo el tiempo que duró como agente activo, tratándole con shampoos y demás acondicionadores para acentuar su color castaño, esto lo mantenía en el secreto más grande, y eso era decir mucho hablando de un agente de la CIA.
-Ya me iré a descansar señor, ya pasan de las 10 pm, usted debería hacer lo mismo-
-Hasta mañana Irene-fue la réplica seca de Michael- él sabía que su atractiva asistente le coqueteaba cada vez que podía, sin embargo Langdon no estaba interesado en ella, al menos por el momento.
A pesar de ser relativamente joven, 30 años, Langdon subía rápidamente en los rankings de la CIA, hasta aquel incidente un par de años atrás. Ese día sus días como agente de campo terminaron y le asignaron un trabajo detrás de un escritorio.
-Eres demasiado valioso como para despedirte, pero hasta que no clarifiques bien lo que pasó en esta misión no volverás al servicio activo- le había dicho su director de zona tras los eventos de aquella misión.
Peor aún, tras varios intentos de aclarar que lo que había vivido era real, su director tomó una decisión aún más drástica.
-Mike, lo siento pero la presión a la que me están sometiendo mis superiores es demasiada, tengo dos opciones, o te despido o te mando lejos-
-Pero jefe, no pueden hacerme esto, mis contribuciones a la nación…-
-Es lo único que te salva de un despido inmediato, entiende Mike, tres agentes de campo muertos y el único testigo vivo nos da una explicación demasiado implausible-
-¡Es la verdad!-
-No discutiré más el asunto, tu avión sale el martes-
-¿Avión? ¿A dónde?-
-A París Mike, a París-
****
Oguchy se encontraba muy inquieto, como un león enjaulado. Sin informes en las últimas horas se sentía aislado en el penthouse del hotel donde se encontraba. No podía quejarse, le estaban tratando bien, sin embargo la falta de información le agobiaba en sobremanera, particularmente porque Oguchy, por su función y rango estaba acostumbrado a saberlo todo.
-Disculpa, ¿hay alguna noticia?-le preguntó el anciano a el joven de traje oscuro que cuidaba la puerta.
-El maestro Kei a aún no ha dado ningún informe-contestó secamente el muchacho.
-¿Podrías llamarle y pedirle informes?-
-Lo siento mucho, el maestro Kei estableció claramente que no desea ser molestado hasta que termine la misión-
Oguchy pensó en replicar, pero sabía perfectamente que los hombres al servicio del gran Itami Kei no contradicerían nunca, bajo ninguna circunstancia las ordenes de su jefe.
-Por eso adoro trabajar con profesionales- pensó irónicamente el anciano.
Se sentó en la cama y hechó un vistazo a las noticias nocturnas.
“Accidente automovilístico deja varios muertos, entre ellos presuntos miembros de la policía”
“Se reportan varios robos de vehículos en la ciudad, aparentemente no están relacionados”
“Se reportan extraños disturbios en la torre Eiffel, la policía…”
“Hay reportes de actividad extraordinaria del crimen organizado, se recomienda a los habitantes de las afueras que…”
-Ha sido una noche algo alocada aquí en París-pensó Oguchy-algo me dice que aún no han capturado a Montague… cosa que no me sorprende-
-Montague siempre ha sido una persona excepcional… sinceramente no pensé ni por un minuto que le pudieran atrapar… ni siquiera en el avión, cuando Itami me mostró la verdad…sabía que debían capturarle…que es algo necesario…y sin embargo mi corazón sufre…las últimas palabras que le dije antes de ir a cazarlo a Itami…
-Sólo…no lo lastimen…-
-Trataré-fue la cortante respuesta de Itami Kei
-Sólo espero…no perder dos veces a un hijo…-dijo Oguchy mientras se recostaba en la cama y trataba de dormir.
*****
Aceleré la motocicleta en la penumbra de la noche, el ruido ensordecedor de la potente máquina inundaba el ambiente como un trueno en una noche sin luna.
-Aguanta, Victorie, ya pronto llegaremos a nuestro destino-
-¿Destino…?- me preguntó ella dubitativa, reconociendo, al parecer, que nos encontrábamos ya en las afueras de París.
-No te preocupes-la conforté- será un lugar seguro, mi amigo, Fedro, nos dio las llaves de una avioneta…estaremos a salvo-
-¿Una…avioneta…? ¿Vamos a dejar París?-me pregunto aterrada
-Me temo que sí-le contesté tristemente-es la única forma de escapar…al menos por un tiempo…
Hace diez minutos
-Rápido, coordinen los equipos que entraran, ¡No tenemos todo el día!-gritaba Itami Kei desde la parte trasera de la VAN que hacía las veces de centro de operaciones. La Van se encontraba justo afuera de el apartamento que sirvió como refugio temporal a Montague y compañia.
-Todo en orden señor, si todo sale como previsto los dos sujetos estarán bajo nuestro poder en menos de…-
El ruido de un motor, inconfundiblemente el de una motocicleta, interrumpió la plática en el centro de mando.
-Señor, al parecer nuestros objetivos son los que van en ese vehículo, ordenaré que les detengan justo ahora-
-Espera-le frenó Itami- Nuestras fuerzas están concentradas allá arriba, ordénales que se reagrupen y nos sigan, nosotros vamos por esa moto-volteando hacía los conductores, les dijo:
-Rápido, síganle, no se acerquen mucho y apaguen todas las luces visibles, no quiero que nadie haga nada hasta que los equipos de campo lleguen-
Y así, en el silencio de la noche la serpiente se dispuso a perseguir al Halcón.
***
-Señor Dupont-dijo desde su teléfono celular Michael Langdon-Señor Dupont, entiendo que está ocupado…si, si, ya vi la hora pero necesito saber qué pasó con el permiso que solicite para…muy bien señor, voy para su oficina-
Langdon detestaba profundamente tener que tratar con el director operativo del DGSE, no porqué el hombre fuera uno de los personajes más temidos en todo París, no, sino por el hecho de que esta persona es uno de los más fervientes críticos de la política de cooperación entre Francia y Estados Unidos, además se supone que los agentes de la CIA tienen cierta libertad, y Langdon no la tenía, cada acción debía ser consultada y aprobada por un comité.
-Estúpidos burócratas- siempre decía él.
Unos cuantos segundos en el ascensor le llevaron al último piso del colosal cuartel general de la DSGE, y por ende a la oficina del director operativo Jaques Dupont.
-Así que haciendo horas extras de nuevo Langdon-le dijo Dupont sin apartar la mirada de sus notas.
-Hago lo mejor que puedo señor Dupont, ahora sobre los permisos…-
El director operativo levantó la mirada, dejando ver un rostro duro y curtido por los años, el poco cabello que tenía era completamente blanco, y sus ojos, sus ojos era los de un hombre frío y sin miedo.
-Señor Langdon, usted me está pidiendo permiso de revisar documentos clasificados de una compañía francesa de exportaciones, ¿sabe usted lo que eso implicaría?-
-Podríamos descubrir muchas cosas, creo que hay algo más que…-
-¿Algo más?-pregunto irónico Dupont-¿Algo más? Langdon, si yo permitiera lo que usted tan vehementemente pide, si yo le dejara ver esos documentos sería una de las ofensas más serías en cuestión de espionaje industrial desde los 90’s –
Michael suspiró, el laureado director operativo aprovechaba cada oportunidad para recordarle de la crisis experimentada en los 90’s, una crisis que los franceses empezaron…
-Le aseguro que no planeo revelar secretos industriales ni nada en lo absoluto-
-Eso no lo sé, usted bien podría ser un doble agente, debo asegurarle que ya hemos descubierto varios en la última década.
Langdon sabía que Dupont solo blufeaba, en la última década solo había descubierto un agente encubierto, además ningún otro operativo de la CIA tenía que pasar por esto, solo Michael Langdon, le había puesto bajo el mando directo de el hombre que se encontraba frente a él por una razón: para castigarlo por aquel incidente…y que castigo era.
-Señor, hace dos días incautamos algo a las afueras de Paris, pensamos que podría…-
-¿Incautar?-Langdon notó como el rostro de su jefe enrojecía- ¿Con permiso de quien?
-Debo decirle que fue algo completamente legal, había una bodega a las afueras de la ciudad, algo importado por la susodicha compañía, ese objeto no debía estar ahí, es por eso que no solicité…-
-Como sea-lo cortó impaciente Dupont-¿Qué había en esa bodega?-
-Era una avioneta señor, ahora mismo está en el depósito privado de la DSGE, le están analizando-


Entrevista al Hacedor de Reyes


Que mejor manera de arrancar este año con una entrevista al autor de uno de los fanfics más exitosos de los últimos tiempos, en este caso Martín Lasarte, autor de el fanfics Harry Potter y el Hacedor de Reyes.

R: ¿Cómo te encuentras este día Martín?

M: Bien. Un poco despeinado

R: ¿Qué sigue para el fanfic en este 2011?

M: Espero que el final.

R: Creo que esta pregunta ya te la han hecho incontables veces pero ¿Cuál es tu personaje favorito?

M: ¿Del fanfic? El más divertido de escribir fue Rodrigo Barfleur, pero el que más simpatía me inspira es Livius.

R: Algo que me ha gustado mucho de tu historia es el tono gris, por así decirlo, que le imprimes, me atrevo a comparar lo que has hecho con Harry Potter a lo que Hizo Nolan con Batman, ¿Le imprimes un tono similar a todo lo que haces en tu vida cotidiana?

M: Yo intento apreciar los matices de gris en todo, no me gusta juzgar a alguien como completamente bueno o completamente malo.

R: Sinceramente Martín desearía que pudieran llevar tu historia al cine, algo que supongo imposible por diversas razones, pero ¿hay algún actor de la galería actual Hollywoodense que te gustaría que interpretara a Albus?

M: Ya dije que Tom Sturridge es el que más se parece físicamente a él. Pero en cuanto a talento artístico, no tengo idea de quién podría interpretarlo.

R: Hablando de fanfics, había uno que tenías planeado escribir, ¿Aún sigue en pie esta idea?

M: Quizá se convierta en una viñeta o en un fanfic de pocos capítulos. Muchas de las ideas que tenía para ese fanfic es probable que las use para una historia original.

R: Sobre tu idea de publicar una historia original, ¿La publicarías en un blog? ¿O a través de una editorial?

M: Mi idea sería intentar combinar los dos formatos, pero aún no sé bien cómo.

R: Cambiando de tema radicalmente, ¿Qué opinas del año que se fue, el 2010?

M: Para mí no fue un mal año, pero muchos de mis amigos sufrieron problemas personales graves. En cuanto a la marcha del país, también fue un año agridulce, con hechos positivos, como la aprobación de la ley que establece el matrimonio entre personas del mismo sexo y los festejos del Bicentenario, y negativos como la muerte de Néstor Kirchner.

R: Un dato que no suelo revelar, por razones de seguridad, es que vivo en Ciudad Juárez en México, ¿Sabes algo de la deplorable situación en la que se encuentra mi ciudad?

M: Sé que hay muchísimos problemas, que las fuerzas de seguridad están perdiendo el control de la situación y que hay hechos frecuentes de narcoterrorismo.

R: ¿Qué opinas de la Guerra contra el Narcotráfico que actualmente se libra en mi país?

M: No estoy tan informado como para dar mi opinión.

R: Dando un cambio de tema drástico, de nuevo, Martín, ¿Qué opinas de todo el asunto de Wikileaks y particularmente de los cargos contra Julian Assagne su fundador?

M: Creo que la difusión de los cables fue una operación contra Obama y Hillary Clinton, y que no afectó los intereses de la Inteligencia estadounidense (los cables diplomáticos no son ni el 10% de la información que EE.UU. quiere ocultar). Y los cargos contra ese Assange son ridículos, lo quieren meter preso ¡por tener sexo sin condón!

R: ¿En qué lugar te pondrías si te preguntaran si consideras las acciones de Wikileaks terrorismo o no? ¿A favor, en contra o neutral?

M: No es terrorismo. Puede ser muchas cosas, pero no eso.

R: ¿Eres una persona que gusta de los gadgets estilo Ipad y demás?

M: No me enloquecen.

R: Si solo pudieras comprar uno de los dos, ¿Cuál elegirías, Ipad o Iphone?

M: Iphone, supongo.

R: Martín, otra pregunta que creo que has contestado numerosas veces, ¿Cuál es tu película favorita de todos los tiempos?

M: Dogville.

R: A mi parecer siempre ha habido un gran debate por el título del mejor actor de todos los tiempos, y los nombres que más se asoman son los de Al Pacino y Robert Deniro. ¿A cuál de ellos eliges o quién es tu elección para el mejor actor?

M: Al Pacino.

Te agradezco enormemente tu tiempo Martín, y una vez más te doy todas mis bendiciones para este año que apenas comienza.


FELIZ AÑO NUEVO!


Muchas bendiciones a todos en este año que comienza, que todos sus deseos se hagan realidad, y que encuentren la paz y el amor este año, sin más que decir…A FESTEJAR


Capitulo 15


Segundos después de que las ventanas de la habitación donde estábamos fueran rotas y varios individuos vestidos de negro ingresaran mediante ellas, yo m encontraba espada en mano interponiéndome entre los intrusos y mi amada.
Como demonios se lanzaron contra mí los asesinos, como demonio les respondí. Sin mucho espacio para maniobrar esquivé la katana del primero que me atacó, se la quité de las manos, y con mi espada y la de él le atravesé el pecho.
-¡Metete debajo de la cama!-le grité a Victorie.
Ella no respondió, estaba paralizada ante la escena que acontecía delante de sus ojos: sangre, acero, miembros cercenados y violencia al por mayor, la antítesis de todo lo que Victorie era.
Me maldije por haberla inmiscuido en esto, sin embargo tenía que salvarla.
-¡Victorie!- seguía sin reaccionar, no podía seguir perdiendo más tiempo, tenía que ayudar a Fedro. Con todo el dolor de mi corazón abofetee a Victorie en la mejilla, no fue un golpe fuerte, pero suficiente para hacerla reaccionar.
-Debajo de la cama, ¡YA!- le grité
-¡Cuidado!- gritó aterrorizada ella.
Apenas me moví a tiempo, en menos de un segundo aparté de un manotazo a Victorie del filo helado de una katana enemiga, giré sobre mi eje quedando justo atrás del atacante y le rompí el cuello.
Mi amada, llena de lágrimas y sudor me obedeció y se metió debajo de la cama, tomé una pistola del tipo que acaba de matar y se la di.
-Si tienes que usarla, úsala-le dije
Ella solo la tomó, temblorosa y asustada, el frio metal del arma se sentía tan ajeno a su mano cálida y gentil.
Alcancé a Fedro que estaba afuera en el balcón defendiéndose de varios enemigos a la vez, blandía dos katanas en mano de manera magistral. Siguiendo su ejemplo tomé otra espada del suelo y me lancé al ataqué. Entre los dos hicimos un gran trabajo defendiéndonos de los asesinos, él defendía y yo atacaba, yo atacaba y yo defendía, como en los viejos tiempos.
Logramos matar o herir a todos los atacantes después de un tiempo.
-Debemos irnos antes de que…-me decía Fedro justo cuando una lluvia de balas cayó donde estábamos. Apenas nos movimos a tiempo, nos refugiamos en las paredes, donde los proyectiles no nos alcanzaban.
-Creo que se cansaron de pelear con katanas-le dije a Fedro
-No me sorprende-me dijo mientras me arrojaba una pistola que estaba en un cadáver- les hubiéramos matado rápidamente-una sonrisa pícara se dejó ver por un instante en su rostro.
La lluvia de balas cesó por un instante que los atacantes utilizaron para recargar, esa pausa fue como una señal para Fedro y para mí, salimos al mismo tiempo de nuestro escondite y nos lanzamos al ataque, disparamos hasta que ya no hubo atacantes en pie.
Nos acercamos para rematar a los que aún estuvieran con vida, mientras nos caminábamos hacía los cuerpos aparentemente inertes, uno de ellos se levantó de pronto y nos disparó, la bala le dio a Fedro tirándolo al suelo, le disparé justo entre los ojos al bastardo.
-Fedro, ¿estás bien?-
-Estoy bien…arrgh… fue en el hombro-me dijo mientras se ponía de pie. Su otrora camisa blanca ahora estaba sucia de polvo y sangre.
Nos refugiamos de nuevo junto a la pared, a sabiendas que muy pronto otra lluvia de balas llegaría. No tardó mucho en que las ráfagas aparecieran, solo que esta vez también llegó algo a donde estábamos, algo verde y explosivo…
-¡GRANADA!-grité al mismo tiempo que tanto mi compañero como yo saltábamos lo más lejos posible del letal artefacto.
La pared que nos servía como refugio se convirtió en escombros, el humo y el polvo resultantes nos hizo difícil respirar, sin embargo ambos estábamos bien aparentemente. De pronto otra granada cayó justo en medio de nosotros. Vimos el artefacto, nos vimos el uno al otro, le volvimos a ver y Fedro la tomó en sus manos y la aventó hacía nuestros atacantes. El grito ahogado que oímos después dejó claro lo que les pasó.
-Escucha Montague, esto no tiene caso, eventualmente nos van a atacar más tipos de los que podemos manejar-me dijo Fedro
-Lo sé, pero…-
-Crearé una distracción para que ustedes escapen-
-Fedro…-
-A las afueras de la ciudad, cerca de porte de Charentone hay una avioneta, estas son las llaves-
-No será la avioneta en que…-le dije atónito
-Si, en ella escapamos de Ucrania, decidí quedármela y ocultarla aquí, la avioneta esta en un cobertizo, casi no se distingue, tendrás que ser muy cuidadoso-
-Siempre me pregunté qué pasó con esa avioneta… Fedro…sabes que no hay manera de que salgas vivo solo de aquí-
-Lo sé, no importa. Toma a tu mujer y lárgate de aquí-me dijo dándome la espalda.
Me paré y me dirigí hacía la habitación donde estaba Victorie.
-Fedro…gracias…-dije sin mirar atrás.
******
Victorie estaba asustada pero bien, creo que ya se le había acabado las lagrimas porque ya no lloraba.
-Vámonos Victorie, lo lograremos…-
-Montague…yo…me salvaste la vida varias veces hoy…yo debí agradecerte pero…-
-Ya no digas nada-le contesté-entiendo tu reacción, pero tenemos que irnos ya-
-Montague…eres un asesino…pero aún así te amo…-y dicho esto me besó, note como lloraba mientras me besaba, un choque demasiado duro para ella, amar a un asesino.
Salimos por la puerta trasera, nos montamos en la motocicleta que horas atrás había robado y nos largamos de ahí.
-Montague…¿Qué pasó con el otro hombre que estaba contigo?-
-Él… él es el hombre mas valiente que conozco-fue todo lo que le contesté mientras aceleraba en la moto.
******
Montague…me preguntaste que porque te ayudaba… es simple… lo que te está pasando a ti, me sucedió a mí años atrás.
A duras penas lograba evitar las balas, yo respondía como podía pero cada vez estaba más débil por la pérdida de sangre.
Su nombre era Isabel, le conocí en Madrid una tarde cualquiera mientras efectuaba un asesinato.
Las balas cesaron, me rodearon varios hombres por todos los flancos, al perecer íbamos a resolver esto katana contra katana.
Fue amor a primera vista, al menos para mí lo fue. Ella era como un ángel para mí, su mera presencia hacía que la noche más oscura pareciera el día más brillante.
Me atacaron todos a la vez, esquivé al primero y lo lancé contra otro asesino, eso me dio suficiente tiempo como para esquivar a otro y contraatacar. Maté a dos antes de que se levantara el primero que me había atacado.
Ella me correspondió, me dio todo su amor, y yo le di todo el mío, con ella no había secretos, incluso le revelé mi verdadera profesión.
Parecía que iba a ganar esta pelea hasta que una katana se incrustó en mi hombro ya herido por la bala. El dolor que sentí fue casi insoportable, pero el asombro lo compensó cuando vi que mi atacante era nada más y nada menos que Nikola.
Sabía perfectamente de los riesgos que implicaba tener una pareja, no me importó, yo la amaba, no quería estar lejos de ella.
Nikola me atacó con la katana, yo me defendí solo esquivando y atacando con mis manos y pies (había perdido la espada cuando me hirió), no lograba quitarle el arma de las manos, pero logré propinarle varios golpes y patadas que le hicieron retroceder, aún con el dolor y la pérdida de sangre parecía que iba a ganar.
Pasaba todas las noches que podía con ella, mentía a la organización con tal de estar más tiempo con ella, cuando estábamos juntos, todo era perfecto.
De nuevo la katana se incrustó en mi hombro, no pude evitar dar un grito ahogado, el dolor era demasiado, pero no iba a parar. De un movimiento atrapé con las palmas de las manos la espada y la rompí, la cara de Nikola lo dijo todo.
Una noche, estábamos dormidos en su apartamento, cobijándonos el uno al otro con nuestro calor, cuando un estruendo nos despertó.
De una serie de golpes doblegué a Nikola, lo puse de rodillas y le giré en su eje, dándome la espalda le tomé del cuello, entonces sentí frío, mucho, mucho frío.
Era un ataque contra mí, bombas incendiarias, maté a todos los intrusos que pude, pero una bomba se impacto justo donde Isabel estaba, no pude hacer nada…murió en el acto.
La hoja afilada de una katana atravesaba mi pecho, otro de los asesinos me había atacado justo en el momento en que iba a matar a Nikola…mi torso se lleno de sangre…y por la comisura de mis labios un hilillo del liquido vital comenzó a fluir.
Cada noche, cuando digo que voy a los clubes nocturnos en realidad voy a la Iglesia, a rezar por Isabel…pedirle que me perdone…pues ella falleció por mi egoísmo…por mi deseo de estar con ella, por eso murió.
Caminé hacía atrás, caí por el borde del balcón. Un sonido hueco hizo mi cuerpo al chocar contra el pavimento, lentamente cerré los ojos. Ya no había nada, solo Isabel y yo.
Y es por eso Montague que te ayudo, es por eso.


FELIZ NAVIDAD A TODOS


Se que aún faltan unos días, pero estaré ausente el fin de semana así que de una vez 🙂

Felicidades a todos en esta navidad, que reciban mucho amor, paz y felicidad, que lo pasen con sus seres queridos y lo disfruten.

Sin más que decir me despido (chequen el nuevo capitulo ;))


Capitulo 14


Surcando a toda velocidad las calles de Paris con asesinos disparándome parecía ya una costumbre, por desgracia ahora las cosas eran más peligrosas pues iba en una motocicleta, representaba un blanco mucho más fácil para las balas.
Zigzaguee en el pesado tráfico evitando apenas la muerte por centímetros, tanto de los disparos como de los vehículos con los que casi chocaba.
Aceleré lo más posible intentando perder a mis verdugos, no tuve éxito en esto, y la lluvia de balas no cesaba. La frenética persecución empezó a atraer la atención de las fuerzas de seguridad locales, pues un policía que dirigía el tránsito casi fue arrollado y logré ver de reojo como pedía apoyo por el radio.
-Genial- pensé en voz alta.
Por el momento las balas cesaron mientras mis perseguidores cargaban sus armas, fue entonces que las sirenas de las patrullas inundaron el ambiente.
-Ya era hora, sólo espero que los policías no estén de su lado- dije en voz alta mientras aceleraba hasta casi 110 kilómetros por hora.
Y de pronto ya no solo los asesinos que me perseguían me disparaban, sino también los policías.
-¡Desgraciados corruptos!-grité furioso, entonces lo razoné. No eran policías, eran asesinos encubiertos, en una operación tan grande como esta era lógico que se tomaran esas medidas.
Me sentí de pronto acorralado, tenía que hacer algo ya para escapar o si no, jamás vería a Victorie de nuevo. Un camión de basura que estaba cruzando la calle frente a mí me dio la oportunidad perfecta de salvarme. Acelerando di la vuelta justo en el momento en que el camión avanzaba.
Para mi fortuna el espacio que el camión dejaba era muy pequeño, apenas para una motocicleta como la que estaba manejando. Mala suerte para mis perseguidores, ellos intentaron de cualquier modo perseguirme chocando aparatosamente contra el vehículo, las patrullas que iban apenas unos metros atrás no tuvieron tiempo de frenar.
A los lejos oí las explosiones resultantes del pandemónium a mis espaldas. No me molesté en voltear, solo aumenté la velocidad para llegar donde Victorie lo más pronto posible.
*****
Itami Kei se encontraba en la parte trasera de la Van que había servido como base de operaciones hasta ahora. De haber querido podrían haber ocupado una de las muchas casas de seguridad de la organización en Paris, pero a Itami le gustaba poder moverse a voluntad, estar en el lugar de los hechos, no como muchos dirigentes que una vez que obtenían el mando dejaban de lado la parte práctica del trabajo.
-Señor, tiene una llamada desde Tokio-le dijo un operador cercano.
-Gracias Inoki-contestó de forma cortés Itami. Era el Gran Maestre.
-Itami, infórmame-
-Aseguramos a la chica y a Montague simultáneamente, sin embargo Montague recibió ayuda externa de otro asesino al parecer y juntos liberaron a la chica-le narró Itami tratando de sonar tranquilo, sin embargo gotas de sudor poblaron su rostro.
El Gran Maestre vaciló en contestar por unos segundos, segundos que a su mano derecha le parecieron una eternidad, finalmente habló.
-¿Perdieron su rastro?-
-No…no del todo señor, uno de los viejos asociados de Montague cree saber dónde está. Vamos a movilizarnos justo ahora, esta vez no le fallaremos-
-¿Con uno de los viejos asociados te refieres al sexto cierto?-
-Si…sí señor, al sexto elegido-dijo Itami-pero como le dije Maestro, esta vez no fallaremos, incluso mandé refuerzos encubiertos como policías para seguirle y…-
-Nada de eso, ha habido un cambio de planes, escucha con atención Itami-
*****
Por fin llegué a la casa que años atrás nos había servido como refugio a Fedro, Nikola y a mí después de apenas escapar de Ucrania. Era de dos pisas con una elegante fachada blanca, un balcón se dejaba ver en el segundo piso. Le compramos nosotros, una transacción completamente ajena a la organización, que en ese tiempo se tambaleaba.
Escondí rápidamente la moto y toqué la puerta, apenas la abrieron fui derribado al suelo con una katana presionándose peligrosamente contra mi pecho.
-Soy yo-dije tranquilamente
Fedro revelándose como mi atacante me ayudó a levantarme.
-Tenía que asegurarme que eras tú-se explicó.
-Lo sé, ¿Cómo esta ella?-pregunté buscando a Victorie con la mirada.
-Está bien, le apliqué un suero para contrarrestar los efectos de la droga con la que la durmieron, debería estar por despertar-me contó mientras me dirigía al cuarto donde se encontraba ella.
Ahí estaba Victorie, dormida. Tenía una expresión de calma, completamente ajena a todo lo que había pasado en las últimas horas.
-Fedro, Nikola está en esto, el era miembro del escuadrón que mandaron a atraparnos en la torre Eiffel.-
-¿Nikola?-me preguntó Fedro asombrado-¿Estás seguro?-
-Completamente, no le pude matar, solo le deje inconsciente, sin embargo…-
-Sí, el buscará aquí antes que nada, tenemos que irnos ya-
-Lo sé, será mejor que…-
-¿Montague…?-
Una dulce voz nos interrumpió.
-Montague, ¿Qué hacemos aquí? ¿Dónde estamos? ¿Quién es él?-dijo señalando a Fedro.
-Calma Vic calma-le dije arrodillándome a su lado.
-Explícame que pasa…- me dijo al borde de las lágrimas.
Suspiré agarrando valor y empecé a contarle todo. Desde mi llegada a Paris para asesinar a St. Clair, hasta todos los sucesos de esa noche, pasado por cómo me enamoré de ella. Lo único que omití fue que asesiné a Marcus. Sin embargo no hizo falta decirlo.
-Entonces…tu si mataste a Marcus…me has mentido…¡Me has mentido desde el primer momento!- me gritó furiosa
-Yo…-no sabía que decirle.
-Eres… ¡eres un asesino!-
-Si…a eso me dedico- le admití- pero iba renunciar a todo por ti Victorie-
-Montague yo te amaba…pero eres un asesino…y me has engañado todo este tiempo…-
-No Victorie tu no entiendes no…-
-Montague tenemos que irnos ahora-me dijo al oído Fedro que hasta el momento había guardado el silencio más sepulcral.
-No iré a ningún lado hasta que me expliquen para quien trabajan-dijo Victorie-son mafiosos ¿cierto?-
La expresión en el rostro de Fedro y mío lo dijo todo.
-¿Qué? Victorie no has entendido nada, no somos asesinos de poca monta, eso va mucho, mucho más allá.
-Pues explícame-dijo ella
-Vic no hay tiempo para esto…-
-No iré a ningún lado si no me dices que pasa-
-Montague no hay tiempo-me dijo Fedro.
Yo estúpidamente decidí explicarle bien quiénes éramos a Victorie.
-Bien…pon atención… Hace aproximadamente cinco mil años había un gran sabio en Japón… él era consejero de los hombres más poderosos de el país del sol naciente, de los señores feudales y del mismo emperador. También era un hombre honesto y valiente y muy poderoso. Dominaba las artes marciales a un nivel nunca antes visto, incluso a una muy avanzada edad podía batirse con hombres muchísimo mas jóvenes y vencerles sin dificultad. También era un maestro de las artes ocultas, se decía que podía aparecer y desparecer a voluntad y hablar con los muertos.
En una ocasión un gran señor feudal le pidió ayuda entrenando a su ejército, y así lo hizo el sabio. Les enseñó a los soldados con gran empeño y dedicación, haciendo énfasis en el arte que para él era la guerra, y más que nada en el honor del guerrero caído. Finalmente los solados estuvieron listos. En su primer batalla vencieron fácilmente utilizando los conocimientos adquiridos del sabio, sin embargo no se detuvieron ahí, llegaron a una aldea cercana y violaron y mataron a mujeres y niños, después el sabio se enteraría de que esto último lo hicieron por órdenes del señor feudal para impartir el terror en sus enemigos. Decepcionado el sabio se exilió a las montañas jurando jamás volver a la civilización.
En su camino al exilio conoció a una bella dama quien lo acompañó en su exilió y por un tiempo vivieron una vida tranquila. Eventualmente ella se embarazó y dio a luz a un varón. Tiempo después volvió a embarazarse y dio a luz otro varón, sin embargo hubo complicaciones en el parto y murió.
Así el sabio crió el solo a sus hijos y les enseñó todo lo que sabía, sus artes marciales y ocultas. Les enseñó a defenderse. Incluso en una ocasión, cuando sus hijos no eran mayores de los 16 años, un batallón de 15 soldados del señor feudal (ahora emperador) que tiempo atrás había ayudado el sabio llegó, sin saber quiénes eran el batallón les atacó. La batalla no duró mucho 15 soldados adultos asesinados por un viejo y dos niños.
Eventualmente el sabio enfermo, y antes de morir realizó una última excursión a unas grutas en la montaña, nadie sabe lo que vio ahí, solo se sabe que en su lecho de muerte les dio consejos por separado a sus hijos, y les pidió a ambos un último favor, que acabaran con el emperador que tanta desgracia llevaba a Japón.
Ambos jóvenes reclutaron seguidores y les entrenaron hasta lograr formar un gran ejército y juntos derrotaron al emperador y a su régimen de terror.
Sin embargo no todo fue color de rosa, ninguno quería ser emperador, pero cada quien quería poner a un hombre diferente como dirigente, esto originó disputas entre los hermanos. Al final ambos fueron traicionados por un tercer general que se autoproclamó emperador. No sabiendo de quien se había originado la traición los dos hijos del sabio juraron vengarse el uno del otro. Cada quien se llevó a la porción leal de su ejército y formaron sus organizaciones.
El hermano menor formó un gremio de asesinos conocido como Taka (halcón) y el mayor formo su propia orden de nombre Hebi (serpiente). Con el tiempo ambas organizaciones se expandieron y salieron de Japón, llegando su influencia incluso a América. Y desde entonces hemos estado en guerra constante. Tanto Fedro como yo somos miembros de Hebi, y ahora nuestros enemigos están tras nosotros y…-
-¡Montague! – gritó Fedro- ¡Ya están aquí!- dijo mientras me arrojaba mi katana.


Capitulo 13


Nuestras espadas se cruzaron violentamente, los atacantes con los que ahora me enfrentaba me atacaban al mismo tiempo y de manera coordinada, era claro que no eran para nada principiantes. A pesar de sus embates, logré mantenerles a raya. Bloqueaba un ataque y menos de un segundo después bloqueaba otro, seguimos con este ritmo en que solo me defendía hasta que fallé en detener correctamente un espadazo y fue herido en el pecho.
No fue una lesión profunda ni muy grave, pero fue suficiente para concientizarme que si quería escapar de esto tenía que hacerlo ya. Me tomé mi espacio y embestí de nuevo, sabía exactamente como atacar, pues durante la pelea había deducido quien era el más fuerte y el más débil de mis enemigos, lógicamente ataqué primero al más débil.
Le amenacé con la espada mientras le pateaba la pierna y le hacía caer, una vez en el suelo mi intención era enterrar mi sable en su pecho, sin embargo sus compañeros me hicieron perder el equilibrio y solo le herí el hombro.
Mientras trataba de mantenerme en pie otro de los samuráis me atacó por la espalda, esquivé apenas su katana y le agarré por el cuello. Lo estampé violentamente contra la pared, quedó semiinconsciente.
Finalmente solo quedábamos dos, el único de mis enemigos que quedaba en pie por el momento era el que yo había catalogado como el más fuerte, seguramente el líder del equipo.
Me atacó de la nada, su velocidad me sorprendió pero no logró lastimarme, contraataqué rápidamente pero tampoco logré hacerle daño. Ambos nos separamos, como midiendo el terreno. Sus movimientos me parecían muy conocidos, pero no le di importancia, lo único que importaba éramos él y yo, y nuestras katanas.
Ambos nos movimos al mismo tiempo, casi como leyendo la mente del otro nos lanzamos el mismo ataque, ambos lo esquivamos y dimos una estocada con el sable, desvié la suya con mi mano (lesionándome levemente), pensé que la contienda había terminado pues mi espada casi se incrustó en su rostro, pero en el último instante dobló su cuerpo hacía atrás evitando una muerte segura. No salió limpio de todas maneras, la máscara que cubría su rostro se partió en dos.
Mi oponente tranquilamente se puso de pie, tomó su espada y se despojó de lo que quedaba de la tela negra que ocultaba su cara. Lo que vi me dejó helado. Sus facciones y cabello rubio no mentían, su rostro amado por muchas y odiado por muchos más no podía ser otro mas que el de Nikola.
-¿Nikola…?- dije genuinamente estupefacto
-El mismo-dijo él
-¿Qué rayos haces aquí…?- le pregunté aún sin poder salir de mi asombro.
-¿No es obvio?-dijo en un tono arrogante-cambié de bando, y me enviaron para capturarte a ti y a tu mujer-
-¿Porqué? ¿Porqué yo?-le pregunté lleno de furia
-Pues, una profecía o algo estúpido, no me interesa en realidad-me contestó
-¿Cómo puedes hacer esto? Le estas dando la espalda a aquellos que te criaron, ¡a nuestra organización!-
-No soy el único Montague, tú ibas a hacer exactamente lo mismo-
-Yo…-le verdad me había dejado sin palabras
-Así es Montague, no somos tan diferentes. Dejamos la organización apenas vimos algo mejor-
-No trates de decir que lo que hacemos es igual, tú me traicionaste también a mí, tú eras como un hermano para mí-
-Lo siento Montague pero deberías saber que en un mundo como el nuestro uno no puede confiar en nadie más que en nosotros mismos-
-Sí, puedo verlo-le contesté mas decepcionado que nada.
-Supongo que aquí terminaremos lo que empezamos en Ucrania- me dijo haciendo referencia a una pelea que tuvimos allá años atrás.
No contesté, me había percatado que los otros dos tipos ya se estaban levantando, impulsivamente me lancé contra Nikola para sorprenderle, pero el sorprendido fui yo. Utilizó el impulso de mi cuerpo para lanzarme contra la ventana, me sujeté de las correas de su cinturón y lo jalé.
Ambos nos precipitamos contra la ventana. No nos importó, incluso cayendo desde donde estábamos (yo calculo que era un décimo piso) seguíamos atacándonos con las pesadas, ahí estábamos, cara a cara tratando de tomar la ventaja sobre el otro.
Nikola se giró para quedar encima de mí de modo que yo cayera primero, resultara con más daño y de paso amortiguara su caída.
Sentía el aire frío en mi nuca, como el suelo estaba cada vez más cerca, como mi tiempo se acababa.
Las manos de Nikola parecían pinzas en mi camisa, fuertemente agarrándome para que no hiciera nada, su katana amenazante a un lado. Le di uno, dos y tres codazos en la cara hasta que aflojó su agarré y giré en el último segundo.
Caímos sobre una camioneta convenientemente estacionada junto la torre Eiffel. En cuanto impactamos la capota del vehículo sentí como todo el aire abandonó mi cuerpo, quedé casi inconsciente por el impacto, por su parte Nikola quedó completamente desmayado sobre la camioneta. Tanto él como yo soltamos nuestras katanas antes de caer para evitar matarnos con ellas mismas, eso me salvó la vida, de todos modos la caída me lesionó las costillas. Me puse de pie atropelladamente, haciendo todos los ejercicios de respiración que conocía para recuperarme, tenía que darme prisa pues los otros dos samuráis pronto estarían aquí.
Tomé mi inseparable katana y me dirigí hacía el tráfico de una avenida cercana.
-¡Baja de la moto y no te haré daño!- amenacé espada en mano a un pobre individuo
No sé qué pasó por la mente de aquel tipo pero no dijo nada, solo se congeló. A falta de respuesta lo saqué del vehículo con una patada en el casco, fue muy leve, no le hice daño.
Aceleré por el tráfico parisino, tenía que llegar donde Victorie y Fedro. Una ráfaga de balas me rozó el cabello. ¡Eran los dos subordinados de Nikola siguiéndome en un jeep! Tenía que perderlos antes de llegar con Victorie…
*********
La Van donde Itami Kei dirigía toda la operación en Paris se estacionó a un lado de la camioneta que minutos atrás Fedro y Montague había destrozado.
Itami se bajó tranquilamente y le habló con calma a Nikola:
-Veo que las cosas no salieron como esperábamos-
-Yo…mis hombres…deben de estar siguiéndole… le distraerán por un rato…-balbuceó el rubio aún sumamente aturdido por el impacto.
-¿No crees que le puedan capturar?-le pregunto Itami
-No…ya deben de estar muertos, pero si conozco a Montague tan bien como creo sé exactamente donde se esconde…-


Capitulo 12


El carro neón de Fedro surcaba a velocidades imposibles las calles de Paris, la casa de Victorie no estaba lejos, sin embargo el tráfico dificultaba nuestro paso gravemente. Ninguno de los dos hablábamos, el concentrado en el volante, yo rezándoles a los dioses en los que nunca creí que Victorie estuviera a salvo…
-¿Por qué yo?- le pregunté a Fedro sin moverme, sin siquiera mirarlo a los ojos.
-No tengo idea, como te dije es por la estúpida profecía-
-¿Y cómo dices que te diste cuenta?-
-Fui a buscar a Oguchy, su oficina estaba vacía pero encontré una nota detallando lo que sucedía, que nuestros enemigos estaban detrás de ti-
-Ellos nunca fueron mucho problema, no después de lo de Ucrania-
-Pues parece que resurgieron, incluso se infiltraron en la policía parisina-
-Sí, jamás esperé eso… me he vuelto descuidado-admití-Por cierto…gracias-
-No te preocupes yo…-
No logró terminar su frase, apenas dimos vuelta encontramos un espectáculo dantesco, la casa de Victorie en llamas.
Me bajé del auto y estaba a punto de entrar a la casa ciegamente cuando Fedro me detuvo.
-¡No seas impulsivo! Sabes bien como trabajan los asesinos-
-Tienes razón- le dije calmándome un poco- por lo que me dijiste la quieren viva…el incendiar la casa es solo una táctica…-
-Exacto-me respondió Fedro-ahora lo que deberíamos hacer es…-
Un carro negro arrancó a toda velocidad detrás de nosotros, nos hubiera atropellado de no ser porque saltamos del camino justo a tiempo.
-¡Esta en ese carro!-
-Lo sé-contestó al mismo tiempo que corríamos hacía nuestro automóvil.
Íbamos pisándoles los talones, comenzaron a dispararnos, Fedro trataba de girar a los lados para esquivar sus embates sin embargo varias balas impactaron el parabrisas.
La persecución siguió frenéticamente por las calles de la ciudad de la luz, solo nos detuvimos cuando en una curva el carro en el que llevaban a Victorie se volcó.
Palidecí ante la posibilidad de que hubiera resultado lastimada. Apenas bajamos del auto, una lluvia de balas nos roció con su frenesí asesino. Tomamos refugio a los lados de nuestro automóvil hasta que el cofre empezó a arder en llamas. Afortunadamente en ese momento los atacantes dejaron de disparar, aprovechando esa pausa nos alejamos del carro justo antes de que explotara.
Caí al suelo de bruces por la onda del a explosión. Fedro me ayudó a levantarme, traía una bolsa colgando del hombro (debió haberla bajado antes de la explosión).
-La llevaron a la torre-me dijo
-¿Torre?- le pregunté algo desconcertado
-El impacto te dejó peor de lo que pensaba, ¡la torre Eiffel!-
No tardé en percatarme que nos encontrábamos justo afuera del símbolo parisino.
-Vámonos, la policía no tarda en llegar-le dije enfilándome rápidamente hacía el coloso de metal.
-Espera- dijo Fedro- traje a un viejo amigo de América-y mientras decía esto sacó de bolsa mi katana y me la aventó (sacó también una katana para él)-
La atrapé en el aire
-Vamos-dije sin mirar atrás.
******
Itami Kei estaba sentado en la parte trasera de una Van, vestido en un impecable traje. A su alrededor había tres miembros del a organización, todos ocupados con las computadoras y demás equipo que había en el vehículo.
-Señor, pudimos asegurar fácilmente a la chica, pero Montague escapó. Al parecer tuvo ayuda externa-
Itami mantuvo la compostura y ni siquiera parpadeó.
-Desplieguen un escuadrón para encontrarle, yo supongo que…-
-¡Señor! Estamos recibiendo una transmisión, Montague y su acompañante persiguieron al escuadrón que aseguró a Victorie, se refugiaron en la base 89-
-¿La torre Eiffel?- dijo sorprendido por primera vez Itami-¡ese lugar ha estado inhabilitado como base por décadas! ¡Está abierto público incluso! Manden el escuadrón N al lugar ahora. Vamos a la torre- dijo dirigiéndose al conductor
******
Fedro y yo les atrapamos cerca de la cumbre de la torre, eran solamente dos, al parecer relativamente inexpertos, les matamos rápidamente, no lograron sacar sus katanas siquiera.
-Eran niños-comentó Fedro limpiando su espada.
-No me sorprende del todo, este trabajo era relativamente fácil, recuerda que se suponía que yo ya había sido capturado-le respondí mientras revisaba a Victorie que estaba inconsciente.
-La drogaron con la fórmula de la organización-comentó de nuevo Fedro.
-Significa que no despertará en al menos una hora más-le respondí-Fedro… ¿porque me ayudas?-
Desde que lo conozco, por primera vez vi a Fedro dudar, sus ojos incluso se pusieron tristes, casi diría que llorosos.
-Tengo mis motivos- respondió secamente-
Una explosión nos sacó de nuestro muy poco conveniente letargo.
-Aquí vienen-respondí alistando mi katana- y esta vez no serán niños inexpertos.
Fedro se preparó para sacar la suya pero le detuve:
-Llévatela a un lugar seguro, nos veremos en un rato-
-¿A dónde la llevo?-preguntó cargando a la inconsciente Victorie en su hombro.
-¿Recuerdas el sitio donde nos refugiamos aquí después de lo de Ucrania?-
-Muy bien, ahí nos veremos-
-Fedro…cuídala bien-le dije deteniéndole con mi mano.
-No te preocupes-
Apenas salió Fedro de donde nos encontrábamos tres hombres vestidos completamente de negro entraron al lugar. Los tres desenfundaron sus katanas al mismo tiempo, yo empuñé firmemente la mía.
-Hagámoslo- dije antes de lanzarme contra ellos.


Capitulo 11


La presencia de la paloma y de la nota no me sorprendió mucho en primera instancia, de alguna manera esperaba que se comunicaran conmigo (la organización) solo que no esperaba que fuera de esta manera. Tras desenrollar con cuidado el tubo donde venia mi nombre, leí la nota completa. Detallaba donde y como encontrar a una persona aquí en Paris, mañana a las 5 pm. La nota no estaba firmada. Eso SI me sorprendió… este comportamiento era muy irregular por parte de mis jefes. Decidí ir al lugar donde me citaban con tal de acabar con mis lazos con la organización de una vez por todas. Obviamente no le mencioné nada de la nota a Victorie…detestaba mentirle, pero una vez que no tuviera nada que ver con los asesinos eso se acabaría, solo honestidad y paz, jamás le mentiría de nuevo…
-¿Qué hace esta paloma aquí Montie?- dijo Victorie que acababa de despertar de su siesta.
-Oh nada, estaba en a ventana y tenía hambre…- dije inventando la primera incoherencia que pasó por mi mente.
-Es linda- dijo mientras le daba agua y unas semillas
-Lo sé, se ven pocas palomas blancas…es como un signo de paz- le comenté soñadoramente pensando en un punto en el futuro donde todo fuera verdaderamente perfecto entre ella y yo.
-Quedémonosla, sería lindo tener una mascota por aquí, además nunca he tenido una mascota-
-Pues…podríamos tratar…pero una paloma es un ser libre…- Dije a sabiendas de que la paloma se iría apenas pudiera.
Mientras nos encontrábamos en medio de esa trivial conversación tocaron la puerta. Victorie atendió y me sorprendió la presencia de dos policías franceses.
-¿Puedo ayudarles en algo oficiales?- les preguntó genuinamente confundida mi amada.
-Solo será unas rápidas preguntas- le respondió el oficial más alto, un bigote clásico adornaba su rostro.
-¿Con referencia a qué?- intervine en un tono tranquilo y de ningún modo amenazante.
-Tengo entendido que ustedes conocen al señor Marcus Di belle- preguntó esta vez el oficial de más baja estatura y visiblemente más joven.
-Así es-respondió Victorie- por un tiempo Marcus y yo fuimos pareja…¿A qué viene todo esto?-
-El señor Di belle tenía una pandilla, nada peligroso, ¿Conocía usted esa información señorita?-
-Si… fue cuando le dejé…-dijo Victorie con el rostro ensombrecido.
Yo apreté mis puños recordando la verdadera razón por la que ella le había dejado.
-Usted le conocía señor… ¿Cuál es su nombre?-me preguntó el oficial bigotón.
-Hugo M. Lloris- le respondí. Cabe mencionar que a pesar de que le había dicho a Victorie que Hugo no era mi nombre, después le expliqué que ese era mi nombre legal más no mi nombre de nacimiento (algo no muy lejos de la verdad, y necesario de explicarle pues solo así conseguí los documentos oficiales para conseguir trabajo y demás).
-Muy bien señor Lloris, ¿es cierto que hace unas semanas usted le dio una paliza en la vía pública al señor Di belle?-
-Así es- contesté sin inmutarme-pero fue en defensa propia pues el me golpeó primero-
-Ya veo-contestó no muy convencido el oficial-pues lamentó informarles que la pandilla del señor Di belle fue encontrada brutalmente asesinada hace unos días, la investigación nos ha llevado hasta aquí.
-¿A…asesinada…?- preguntó anonadada Victorie-¿Y Marcus..?
-El señor Di belle no se encontraba en la escena del crimen, sin embargo había restos de sangre pertenecientes a él en el lugar, todo indica que también esta muerto-
Ante mis ojos sorprendidos Victorie comenzó a llorar, no lo podía creer, después de todo lo que el bastardo le había hecho aún se ponía triste por su muerte…
-Señor Lloris le vamos a pedir que nos acompañe, debido a su altercado con el señor Di belle usted está bajo investigación como sospechoso.
Ni siquiera me inmuté, tenía previsto que esto iba a suceder, incluso que me arrestaran, había borrado por completo mis huellas de la escena del crimen (no tontamente como los criminales callejeros, sino como un profesional utilizando las técnicas que me enseñaron en la academia.
–Muy bien oficiales, solo denme un segundo para ir por un par de cosas-
Apenas salí de su campo se visión escribí una nota con mi situación actual y la mandé con la paloma. Podía salir perfectamente de la situación por mí mismo pero si me arrestaban por mas de un día me perdería la cita y no quería que eso pasara.
Volví calmadamente y acompañé a los oficiales a la comisaría, antes de irme le di un beso a Victorie y le dije que no se preocupara. Ella aún no había parado de llorar…
*********
En la comisaría me hicieron preguntas de rutina, clásicas tácticas policiacas. Tenía excusa para todo lo que me preguntaban y una coartada muy elaborada. Todo estaba previsto, pronto vería que “no tuve nada que ver” y me dejarían para ver la posibilidad mucho más real de un ajuste de cuentas entre pandillas.
En un descanso de los interrogatorios Victorie fue a verme.
-Montague… ¿Cómo estás? ¿Cómo te han tratado?- sus ojos estaban muy rojos de tanto llorar.
-Muy bien, no te preocupes, muy pronto me dejarán salir.
-Montague… he visto lo que puedes hacer… de aquella pelea con Marcus… necesito la verdad… ¿tu lo hiciste…? ¿Tú lo mataste…?-
Tenía frente a mí a la única mujer que jamás he amado desde la muerte de mi madre, la tenía frente a mí llorando pidiéndome la verdad, no, rogándome la verdad. ¿Qué fue lo que hice? Le mentí en la cara.
-Por supuesto que no, yo jamás podría hacer eso-le dije con una expresión tranquila y sincera.
-Te creo…te creo amor- dijo con una expresión de genuino alivio en su rostro.
**********
Las horas pasaban y pasaban. Por fin un oficial entró al cuarto donde me tenían y me dijo que el papeleo estaba listo y me liberarían en unas pocas horas.
Dicho y hecho otro policía llegó a la media hora y me escoltó fuera del cuarto. La apariencia del oficial me llamó la atención, definitivamente no parecía francés.
Para mi sorpresa me llevó a otro cuarto exactamente afuera de la comisaría donde había otro policía con una apariencia definitivamente no francesa. Yo para ese momento estaba esposado y relativamente indefenso, he ahí el terror que surgió en mi interior cuando el hombre que estaba dentro del cuarto sacó una katana del rincón de la habitación, me di la vuelta y el otro hombre también tenía una espada en la mano. La pesada puerta de metal estaba cerrada. No había salida.
Justo cuando me estaban atacando todo se llenó de humo, se oyeron sonidos metálicos clásicos de dos espadas chocando entre sí, inmediatamente después el ruido seco de dos cuerpos chocando contra el suelo inundó el lugar.
Frente a mí estaba Fedro, espada en mano. No dijo nada, solo me atacó con la espada, o al menos eso pensé, en realidad cortó el metal de mis esposas liberándome.
-Podría haberme liberado- le dije rompiendo el resto de las esposas con mis manos.
-Pero no lo hiciste- dijo Fedro.
-Es justo… ¿Qué está pasando aquí?-
-Recibí el mensaje de la paloma y supe las cosas no estaban para nada bien-
-Así que tú fuiste el del mensaje…-
-Trataba de prevenirte, pero ellos actuaron primero-
-¿Ellos?-
-Nuestros enemigos milenarios… están detrás de ustedes Montague-
-¿Nosotros? A que te refieres con noso… ¡VICTORIE!-
********
Victorie se encontraba en su casa junto al teléfono, ansiosa de oír la llamada de Montague. Aquella llamada que dijera que él estaba libre. La noche ya había caído y la idea de que su amado pasara la noche en prisión le aterrorizaba.
Tratando de matar el tiempo se dirigió a la cocina. De pronto todas las luces de la casa de apagaron.
-Malditos fusibles-dijo en voz baja.
Una silueta oscura apareció detrás de ella.
Victorie no tuvo tiempo ni de gritar.


Capitulo 10


Los sonidos de la mañana me despertaron, pajarillos deleitando con su canto a aquellos suficientemente afortunados como para escucharlos. Era una mañana calurosa. Lo primero que hice fue voltear a ver a Victorie, que yacía a mi lado desnuda, cubierta levemente por sabanas blancas, su rostro descansaba sobre mi pecho.

No podía creer todos los acontecimientos que me había llevado a este momento… un momento perfecto. Por desgracia no duraría mucho, el odioso despertador mañanero rompió el aura de perfección. Victorie abrió sus enormes ojos y me contempló, mientras yo la contemplaba a ella. No dijo nada. No hubo necesidad de eso, un beso fue todo lo que dijo…algo que valió más que por mil enciclopedias enteras.

Temiendo romper un momento así permanecí callado. Le observé mientras se escabullía de la cama camino hacía el tocador. Al levantarse la sábana dejó de cubrirle y aprecié por completo su figura desnuda. Era como ver a un ángel…su cuerpo esbelto…sus piernas torneadas… justo antes de meterse a la regadera ella me miró y me dijo:

-¿Vamos?-

No necesitó decirlo dos veces.

*************

Oguchy se encontraba muy, muy nervioso, en pocos minutos recibiría al enviado directo del Gran Maestre en su oficina, no es como si no lo hubiera recibido antes, sin embargo en esta ocasión las cosas tomaban una perspectiva muy diferente. Al parecer algo exageradamente grande pasaría muy pronto (más grande que la captura de Montague).

Momentos después Itami Kei entró por la puerta principal, vestía un traje negro hecho a la medida, una mueca sería se dibujaba en su rostro.

-Buenos días Itami- le saludó Oguchy en un tono casi sumiso.

-Oguchy- asintió Itami-Creo que aún no te han informado del todo el motivo de mi visita-

-Solo sé que habrá una gran movilización para capturar a Montague y por fin completar la profecia-

-¿Y que tanto sabes de la profecía?-inquirió de nuevo el joven.

-Solo lo que me dijeron cuando fui a Tokio a entrevistarme con el Gran Maestre años atrás-

-Entonces sabes lo importante que es esto, Oguchy la organización jamás se había movilizado así, es un evento global, tenemos agentes encubiertos en todos lados, todo para asegurar que todo saldrá a la perfección-

-¿Y la otra organización?-

-¿Qué hay con ellos?-

-Ellos también se están movilizado debo suponer-

-Ellos no importan, no son ni han sido nunca una amenaza para nosotros- dijo con una evidente arrogancia Itami

Oguchy no dijo nada, pero reconoció la soberbia característica del Gran Maestre en la expresión del joven, algo que Oguchy detestaba.

“Jamás se debe menospreciar a un enemigo”

-Bien, a pesar de eso- contestó Oguchy-a que se debe tu visita-

-Pues fui mandado para escoltarte a Paris-

-¿A Paris?-preguntó algo sorprendido Oguchy- ¿Por qué? Sé que ahí capturarán a Montague pero no veo la necesidad de ir.

-El Gran Maestre exige tu presencia, así de simple-

-Pues no iré, por si no recuerdas tengo todo Norteamérica bajo mi control, no pued…-

No logró completar su frase, Itami saltó el escritorio y se colocó a un lado de Oguchy.  El viejo no se inmutó en lo más mínimo, estaba acostumbrado a esto desde la infancia, sin embargo si le sorprendió la velocidad de Itami, era incluso más rápido que Montague.

-Si el Gran Maestre dice algo, debemos dar la vida por cumplirlo si es necesario, vendrás conmigo y es todo- dijo Itami-¿Qué no lo entiendes? Esto es la conclusión de un camino de más de 800 años, una vez que tengamos al séptimo tendremos la llave, ¡tendremos el poder mundial!-

-Es algo que tenemos hace mucho, ¿Qué no lo ves? La organización está presente en todo el mundo, tenemos ramas en todos y cada uno de los continentes, incluso una base en la Antártida, y ustedes quieren más siguiendo un doctrina arcaica que no les llevará a ningún lado-

En los ojos de Itami solo se notaba frialdad, no odio, mas bien compasión.

-Me siento triste por ti Oguchy, has dejado de creer, sin embargo te diré algo en el camino a Paris que te devolverá la fe-

-Creo que no tengo otra opción-dijo Oguchy resignado-

-Ciertamente no la tienes- le dijo Itami con una mirada de serpiente.

-Solo dame un segundo-dijo Oguchy mientras se dirigía a sus aposentos por algunos instrumentos personales-

Mientras Itami esperaba a al viejo mandó un mensaje de texto de su teléfono celular:

Tal como lo sospechábamos señor, al parecer Oguchy se cambió de bando, le tendré vigilado, le revelaré la información camino a Paris

Itami

***********

Jamás en mi vida había recibido tanto cariño hasta conocer a Victorie, particularmente en los últimos dos días, ella era sumamente cariñosa conmigo, mencionaba palabras dulces en mi oído y me besaba de improviso, era como si estuviera viviendo la vida de otra persona. Una tarde en particular fuimos de nuevo al Parc de Monceau, disfrutamos del día entero juntos, corrimos por el parque jugueteando y nos recostamos en la hierba , comimos unos emparedados que preparó ella para el almuerzo vimos como el día murió mediante un bello atardecer.

-Eres…mi primera vez…-le dije rojo como el diablo

Ella no dijo nada, solo se recostó en mi hombro…le acaricié el rostro y le besé la frente, aún me sentía extraño comportándome así, siempre pensé que estaba hecho para matar…no para amar.

-Yo…desearía poder decir lo mismo… hace tiempo…abusaron de mí…-Lagrimas llenaron sus ojos y recorrieron su rostro.

-Te amo le dije-limpiando su rostro- cuando te sientas lista hablemos de ello-sin embargo yo ya sabía todo, y ella ignoraba que me había vengado por lo que le hicieron.

Nos besamos mientras el sol emitía sus últimos rayos y la noche nos alcanzaba.

***********

En el aeropuerto propio de la organización a las afueras de Paris varios hombres descendían de un jet de última generación. Entre ellos estaban Oguchy e Itami caminado codo a codo.

Los ojos de Oguchy denotaban concentración.

-Como pude ser tan ciego- pensó Oguchy-ahora lo entiendo todo, después de lo que me fue revelado jamás volveré a dudar-

-Ahora crees ¿cierto?-le preguntó Itami

-Así es, yo seré el primero en ir por Montague- respondió Oguchy mas decidido que nunca.

*********

Mientras Victorie dormía una siesta yo me encontraba en la sala, decidido más que nunca a dejar la organización de una vez por todas, escaparía y emprendería una nueva vida junto a Victorie, me había decidido a esa misma tarde renunciar, sería difícil pero lo valía.

Mi mente divagaba ante esa idea cuando un ruido en la ventana llamó mi atención, era una paloma. No sé si por impulso o estupidez la dejé entrar, una nota dorada estaba adherida a su pata. Decía con letras doradas MONTAGUE.

 


Capítulo 9: Cobra y Halcón


Tokio.
Itami Kei salió del lujoso edificio donde minutos atrás había conversado con el Gran Maestre. Su apariencia no atraía para nada la atención, se confundía fácilmente con el resto de los ciudadanos. Nadie imaginaría por su apariencia que l era una de las personas más mortíferas en la faz de la Tierra. En los altos círculos sociales (es decir aquellos con suficiente dinero como para pagar los costosos servicios de la organización) se debatía que el puesto del mejor asesino del mundo, aquel al que se le podía encomendar cualquier misión y estar seguro en un 100% de que sería cumplida y el objetivo asesinado era ocupado por dos personas. Uno era el Kei, apodado cobra en su círculo personal por sus ataques rápidos y mortíferos, el otro era un joven francés, Montague.
Kei solo había estado en contacto con Montague una sola vez, en el norte de África. Quedó muy impresionado por los movimientos de el francés, casi (y en su mente ese casi estaba muy marcado) se podían equiparar a los suyos. Su velocidad era tal y sus ataques tan fluidos que silenciosamente Kei le apodó halcón. Al japonés no le importaba mucho, no le veía como competencia sino como un hermano, eso eran todos en la organización, hermanos.
Para él su deseo máximo era proteger a su líder y a la organización, y tras muchos años se retiró del servicio activo para cumplir un propósito más alto, ser el guardaespaldas personal del Maestre. Este fue el honor más grande que se le pudo haber otorgado. A pesar de estar 100% concentrado en su deber, Itami Kei no puede evitar pensar (solo a veces) que pasaría si una Cobra enfrentará a un Halcón.
*********
Los días pasaron tranquilos para Victorie y para mí, conseguí un empleo en una florería (tan ridículo como suena) y aportaba dinero a la casa. Ella y yo no hablamos de lo que pasó en Parc de Monceau, sin embargo fue algo sumamente especial para mí.
En cuanto pude, entre la rutina de mi trabajo y la vida con Victorie me tomé el tiempo de ir a un café internet (Victorie tenía computadora en su casa, sin embargo no quería entrar con su laptop a ciertos sitios) accesé la página secreta de la organización (disimulada como un sitio de venta de muebles usados). Dejé un comentario aparentemente inocente pero que en realidad significaba que me ausentaría por unos cuantos días más. Me fui del café confiado en que no habría problemas, después de todo ¿por qué habría de haberlos? Era un miembro respetado en la organización y era la primera vez que me ausentaba.
Caminé por las calles de Paris, tranquilo (relativamente) por primera vez en mi vida. Estaba ansioso de llegar y ver a Victorie. De ver su angelical rostro y su hermosa sonrisa recibirme como si le importara… le importaba, eso era lo que me daba tanta felicidad, por primera vez desde que mi madre murió alguien se interesaba por mí desinteresadamente. El recordar la conversación que tuvimos cuando le conté de la muerte de mis padres me hacía delirar, y la plática que sostuvimos cuando se enteró del empleo que había conseguido definitivamente me arrancaba mas de una sonrisa.
-Me han dicho que conseguiste un empleo- dijo ella con una mirada incierta
-Así es- le dije tratando de evadir el tema.
-y dime, ¿De qué se trata tu nuevo trabajo?- me preguntó en un tono que deja ver que ella ya sabía esa respuesta.
-Ehmm…nada especial, tu sabes…un poco de esto un poco de aquello- le contesté tembloroso
-Un hombre fuerte como tu seguro consiguió trabajo haciendo algo rudo… no sé ¿algo rudo cómo flores?- dijo al momento que se echó a reír.
Me sonrojé terriblemente, no sabía ni que decirle, las únicas “palabras” que salieron de mi boca fueron balbuceos sin sentido.
-Creo que es muy dulce que quieras contribuir a la casa…especialmente después de que te dije que no tenias que hacerlo, gracias- me dijo al momento que me daba un beso en la mejilla.
El recordar eso definitivamente alegraba mis días. Mientras acortaba camino por un callejón un grupo de hombres me rodeó, eran cuatro tipos y Marcus, el ex novio de Victorie al que hace unos días le había dado una paliza.
Traté de ignorarles y seguir mi camino, pero uno de ellos (el más alto y corpulento) me bloqueó el paso.
-A ti te estaba buscando ¡hijo de perra!- gritó Marcus
-No quiero problemas, solo quiero seguir con mi camino-
-Algo tarde para eso- dijo el tipo que me bloqueaba el paso al mismo tiempo que me empujaba violentamente hacía adentro del callejón.
-Vas a pagar por lo que me hiciste estúpido- vociferó de nuevo Marcus
-Lo único que hice fue defender a Victorie- dije tranquilo
-Ni hables de esa perra- el hecho de que la insultara me alteró pero aún así me logré controlar- después de que terminemos contigo le haré una visita a su casa-
Eso me dejo frío, sin embargo no la dejaría sola…
-¿Y sabes que haré? Le haré lo mismo que la última vez que estuve ahí-
No dije nada, solo le observaba fijamente.
-La voy a violar como la violé antes, por eso la perra se alejó de mí, porque la idiota no quería darme lo que yo como hombre necesitaba y tuve que tomarlo al a fuerza-
Eso me dejó sin palabras… mi mente…mi visión de pronto todo se tornaba rojo.
-Exacto, la violé, y ahora te voy a matar- dijo Marcus mientras sacaba una pistola de su bolsillo y me apuntaba. Yo me encontraba a unos 2 metros de él, me moví tan rápido que ninguno de los otros idiotas que le acompañaba pudo hacer nada. Desvié la trayectoria del arma antes de que disparara y le fracturé el codo, sonreí maliciosamente al escuchar como sus huesos se rompían.
Los demás pandilleros se me lanzaron encima, uno tras otro cayeron. No los dejé inconscientes, les maté, a todos.
Uno me atacó con una navaja, se la quité de la mano y le rebane el cuello, otro trató de ahorcarme por detrás, le fracturé la mano y le rompí el cuello.
Con una patada le fracturé el cráneo otro de los pandilleros. Al tipo corpulento .e fracturé primero las rodillas, una vez en el suelo le tomé de la cabeza y lo lancé contra la pared.
Marcus estaba en el suelo, arrastrándose. Le pise la pierna destrozándole la espinilla, chilló como poseído. Uno por uno le fracturé todos los huesos, todos. Le rompí estructuras que él ni siquiera sabía que tenía. Finalmente le destrocé la laringe (como originalmente había planeado). Normalmente mis asesinatos no toman mas de dos minutos, sobra decir que con Marcus me tomé mi tiempo.
Rápidamente manipulé la escena para que pareciera una venganza entre pandillas, fue sencillo. El cuerpo de Marcus lo desaparecí, no diré como ni en donde está, solo importa que jamás será encontrado.
************
Kei caminaba bajo el cobijo del a noche por los barios bajos de Tokio, camino a su hogar, su apariencia parecía no encajar con el resto de los pobladores de esa zona, pandilleros, ladrones etc. Él en cambio vestía un limpio y lujoso traje y zapatos de vestir.
Kei ignoraba toda la suciedad y escoria que le rodeaban, no le molestaba en lo más mínimo, después de todo había nacido aquí y no era extrañó a esta vida.
Pasando justo detrás de un mercado cerrado había un montón de hombres. Itami no se preocupó en voltearlos a ver. Tenían rodeada a una joven, al parecer iban a violarla.
-¡señor le ruego me ayude! ¡Auxilio!- gritaba desesperada
Él consideró por un instante seguir de largo, hasta que uno de los tipos que la acosaban le dijo:
-Danos todo lo que tragas encima y lárgate estúpido-
Itami sacó su cartera y se la aventó al individuo. 30 segundos después ocho hombres yacían muertos en el suelo. Una joven asustada no podía creer lo que acababa de ver. Itami Kei simplemente siguió su camino sin voltear atrás.
“Fue algo increíble, se movía tan rápido que no le podía ver…era…era como una serpiente” Le diría después la joven a la policía.
********
Determinado a jamás hablarle a Victorie de lo que acaba de hacer llegué a la casa. Ella estaba haciendo la comida. Mi primer impulso fue preguntarle si lo que me había dicho Marcus era cierto…. En lugar de eso la abracé, la puse junto a mi pecho, no dije nada, nada.
Ella me susurró al oído:
-Montague… yo… te amo-


Chicharito


Debo aclarar que esta es una entrada que nada tiene que ver con tormenta oscura, sin embargo como buen mexicano que soy, debo compartirles a alguien quien estoy seguro que casi todos conocen, y esta persona es Javier Hernandez.

Mexicano de nacimiento, goleador de corazón, así es este jovenzuelo de tan solo 22 años quien ya se ganó el aprecio de los fans de su nuevo equipo, el Manchester United. Debo decir que es un héroe personal, mas porque a pesar de su éxito y fama mantiene la humildad y los pies en la tierra. Pues bien este es Chicharito, ya le deben de conocer y si no han vivido debajo de una piedra XD


Una parte de mi inspiración


Bueno, en preludio al siguiente capítulo quería mostrarles una parte de mi inspiración, una porción de polvo mágico que me ayudó a crear un mundo maravilloso y misterioso. Esto que quiero compartirles hoy es algo realmente importante pues puedo imaginarme toda la trama de tormenta oscura con tan solo escuchar esta canción. Realmente al escucharla los vellitos de mis brazos se enchinan pues mucho pasa por mi mente (lease la trama de tormenta oscura).

La canción en cuestión es «Hero» de el grupo canadiense Nickelback. Muchos pueden decir que este grupo apesta (muchos lo hacen siendo sincero), que su vocalista Chad Kroeger no sabe cantar etc, pero no se puede negar la grandeza de esta canción que si mi dañada mente no me falla se usó en el soundtrack de Spider man 1.

Pues bien, sin más que decir les comparto esta canción de Nickelback, disfrutenla y diganme si les hace sentir lo que a mí.


El es Fedro (y otros)


Desesperado por encontrar la cara de Fedro busqué en muchos lados rostros y perfiles que pudieran encajar en el papel, incluso consideré como muy serio contendiente al británico Rufus Sewell a quien podrán recordar como el «malo» de la película «A knight’s tale» con Heath Ledger. Sin embargo el papel se lo llevó un viejo conocido de muchos, Antonio Banderas. Ya estarán acostumbrado a verle como un héroe de acción en las películas del mariachi. Siento que queda muy bien en el papel. Obviamente me refiero a un Banderas mas joven y con mas aguante ¿Qué opinan ustedes?

Por otro lado recordarán de la escena final del capítulo ocho que hay una parte entre un anciano (al parecer muy importante) y un joven. Bien ese anciano es de hecho el gran Maestre de los asesinos, tal como se dejó ver en el cap. Ahora bien, el joven que hablaba con él es (y es un gran spoiler, créanme) un asesino incluso más hábil que Montague (me atrevería a decir que es mucho más hábil, pero sabrán de eso en capítulos subsecuentes) y es el guardaespaldas personal de el Gran Maestre. Pues a este individuo, cuyo nombre aún debo decidir, le otorgué una identidad que no le podía quedar mejor, Jet Li. Creo que si de personas hábiles se trata Li debe estar en los primeros lugares de rudeza y destreza, no se confíen por su baja estatura, es muy letal. Denme su opinión por favor.

Ya por último debo solicitarles su ayuda, la identidad de Nikola (espero que no lo hayan olvidado) escapa a mi mente, no se me ocurre nadie que pudiera interpretarlo, ¿Alguna idea?


500!!!


Hoy es un día muy feliz aquí en los dominios de tormenta oscura, este humilde sitio ha llegado a las 500 visitas. Se que no es mucho pero toda historia tiene un principio :D.

Mil gracias a todos los que han contribuido a la formación de este blog, y les aseguro que mientras respire Tormenta oscura seguirá. Mil gracias a todos aquellos que con sus comentarios han ayudado a modificar de alguna manera el curso del a historia. A todos ustedes gracias. a Cri, Guillermo, a nbp1, a Arwen. Si alguien me falta mil disculpas pero tenga por seguro que estoy profundamente agradecido. QUE SIGA LA FIESTA.


Capitulo 8




Fedro se encaminaba en la noche hacía el aeropuerto. Tenía una misión que cumplir, una importante misión que cumplir.
A Fedro le gustaba vestirse bien, aunque se reservaba este gusto para los días en que no estaba en misión, pues a pesar de su fachada de hombre de negocios, la gente tiende a recordar a un sujeto vestido en un traje Armani® de miles de dólares con mancuernillas de oro.
Si había algo en lo que a Fedro le gustaba gastar su dinero eran en lujos, ropa y autos caros.
No podía darse el lujo de adquirir celulares o computadoras, no porque no los pudiera pagar (claramente si podía), sino porque la organización les restringía el uso de tecnología de este tipo. Únicamente utilizaban aquellas proporcionadas directamente por la organización, las cuales eran de última generación
. Fedro sacó su celular del bolsillo de su saco y marcó un número. El aparato era táctil, el símbolo de la organización estaba grabado con letras doradas en su extremo superior.
-Buenas noches, llamo para realizar una compra-
-Buenas noches, ¿Cuál es el nombre de la aerolínea en la que desea volar? – contestó la operadora en el otro lado de la línea.
-Atlantic Airlines, tengo credencial de cliente frecuente-
-Muy bien, ¿su nombre señor?-
-Martín Nogueira- Fedro no pudo reprimir una sonrisa al decir su nombre falso.
-¿Hacía donde se dirigirá señor?-
-Hacía Paris-
*********
-Despierta- dijo una voz conocida y añorada, era Victorie. Le había oído perfectamente a pesar de que me encontraba dormido, así que no me sorprendí cuando me habló. Sin embargo preferí no abrir los ojos.
Al verle el rostro mi corazón se partió, tenía los ojos hinchados, rojos, muy rojos. No se había maquillado y había una expresión dura en su rostro, dura y triste a la vez.
-Buenos días- le dije sin saber cómo reaccionar. En la organización nos enseñan como matar, como curar. Como superar un ataque de más de 20 personas, sin embargo no nos dicen como hablar con las mujeres…
-¿Cómo está tu espalda?- me preguntó, había hielo en su voz.
-No me duele en lo absoluto, me siento mucho mejor, gracias por…-
-¿Quieres dar un paseo?- dijo interrumpiéndome en seco.
-C…Claro- contesté muy extrañado.
Le seguí mientras salíamos de la casa, no tenía idea de a dónde nos dirigíamos. Llegamos hasta su auto y emprendimos la marcha.
Era temprano por la mañana pero en una ciudad que nunca duerme como Paris el tráfico era constante y muy ruidoso. La torre Eiffel nos saludaba desde la distancia como observándonos tal ave observando a su presa. Su imponente presencia no me interesaba mucho, pero no me podría haber imaginado que en poco tiempo estaría cayendo desde la punta de la torre…
Mientras cruzábamos el Sena traté de hablarle, entablar conversación de cualquier cosa y de nada a la vez. Siempre encontraba la misma respuesta, un muro de hielo, una evasiva, una respuesta cortante.
Mi angustia era cada vez mayor, no sabía hacía donde nos dirigíamos y su frialdad me mataba (aunque no me sorprendía teniendo en cuenta los eventos del día anterior).
Finalmente llegamos a nuestro destino, el mítico Parc Monceau.
Sin dirigirme la palabra ella se bajó del auto y avanzó hacia el interior. Le seguí torpemente, preocupado por ella, temía que me echara de la casa.
Se sentó en una banca junto al lago, me uní a ella sin pronunciar palabra. Finalmente ella fue la primera en hablar.
-No me gusta la violencia… la detesto…- lagrimas recorrieron su rostro.
No supe que decir, tantas ideas se arremolinaban en mi mente que no podía pensar claro.
-Mi padre… mi padre era un oficial de policía… murió joven… fue muerto a golpes por una pandilla de chicos no mayores a los 17 años. Aún le recuerdo… siempre cumpliendo su deber… siempre un gran oficial…-
-Lo siento…- le dije absorto ante lo que me había dicho.
-La noche en que murió esos jóvenes había entrado a un departamento…él ya no estaba en su ronda, iba en su camino de regreso a casa cuando los vio… esos…monstruos estaban robando a unos ancianos, mi padre intervino… todos eran jóvenes que mi padre conocía…jóvenes decentes…al menos eso pensábamos…el no les pudo disparar… les dijo que se fueran…les dio la espalda por un segundo y esos…tipos se le echaron encima… le rompieron el cráneo… Mi madre y yo nos quedamos solas…desoladas…Dediqué mi vida a ayudar a los enfermos… me hice enfermera buscando ayudar…-
-Por eso me ayudó…- pensé
-Y por eso odio con toda mi alma la violencia… se que Marcus es un monstruo… un patán, pero eso no justifica utilizar la violencia… por favor-y cuando dijo esto rompió en lagrimas- por favor no hagas ya nada como eso ¡te lo pido!-
La abrasé, su rostro sobre mi pecho…mis brazos alrededor de su espalda, ella solo lloró, lloró aún más de lo que ya había llorado.
-Soy Montague…-le dije transgrediendo una de las reglas mas importantes, “jamás reveles tu verdadero nombre a nadie de fuera de la organización”-Antes dije otra cosa… pero estaba muy confundido…-
En su rostro hubo mucha confusión… no sabía que decirle, al parecer lo tomó relativamente bien.
-Está bien…entiendo que te hayas sentido confundido- dijo aún entre sollozos -solo… no me mientas mas…yo… yo no sé porque pero confío en ti… apenas se quien eres y me siento segura a tu lado…yo…-
Todo sucedió en un instante, mis ojos, sus ojos. Mi rostro su rostro. Mis labios sus labios. Fue un beso fugaz…tan fugaz como eterno. Tras ese beso nos miramos pero no dijimos nada, las palabras sobraban.
Estuvimos un rato más en Parc Monceau. Solo viendo al lago, las hojas de los árboles, el pasar del viento.
A pesar de el momento que acabamos de pasar mi corazón estaba lleno de angustia, ella odiaba la violencia, y yo tengo una vida dedicada a ella. Ella se dedica a curar y yo a matar. Soy el ícono de todo lo que odia…
Finalmente nos retiramos, en el camino de regreso le dije:
-Mis padres… ellos también fueron asesinados…- y procedí a contarle esa triste historia, omitiendo varios detalles por supuesto.
************
Tokio, Japón
En un rascacielos en la zona industrial japonesa un hombre anciano vestido con una túnica blanca estaba sentado en su escritorio. Mucha tensión se notaba en su rostro. Otro individuo, muchísimo mas joven entro a la habitación, vestía un clásico traje negro. Un diminuto audífono colgaba se su oreja derecha.
-Gran Maestre- dijo en un tono tan respetuoso como leal- tenemos los datos completos. La joven se llama Victorie Boissieu, es una enfermera en Paris.
-¿Ya mandaron operativos a la zona?- preguntó el anciano
-Van en camino Maestro, la capturaremos muy pronto, junto con operativos norteamericanos-
-Bien-dijo con malicia el anciano-estamos más cerca que nunca, pronto tendremos la llave.


Capitulo 7


Una paloma mensajera se dirigía a Paris, volaba constante y decidida. Era parte de un regimentó especial, dedicado a mandar noticias e información de la manera mas discreta posible. Se supone que solo viajaban de noche y distancias cortas, por eso lo que esta ave estaba haciendo era una increíble proeza, sin embargo a pesar de la constancia con la que volaba le tomaría al menos tres semanas llegar a su destino, si es que llegaba. Esto se debía a la inexperiencia de la paloma en viajar distancias tan largas, y por la pérdida de tiempo ocasionada por solo viajar de noche, además viajar sobre el Atlántico sería una labor titánica. En resumen, era un gran riesgo mandar a este pájaro en una misión tan importante. Pero era la única opción, no se podía mandar a otra mensajera más experimentada pues los cuidadores lo notarían de inmediato, además era la opción relativamente más segura. 6655 kilómetros tendría que recorrer de Chicago a Paris. En su pata llevaba el tubo con los datos a comunicar, ocho letras doradas escritas en el costado: Montague.

***********

Me encontraba recostado en la cama, me acababa de dar una ducha. Victorie había salido de compras hace una hora y no debería de tardar mucho en llegar. Cerré mis ojos y pensé en todo lo que había pasado en estas últimas semanas. Nunca me imaginé que mi vida cambiaría tanto tras llegar a Paris, y nunca, jamás, bajo ninguna circunstancia podría haber previsto que caería profundamente enamorado (esto debe ser amor ¿cierto?) de una joven parisina y que tras una serie de eventos inesperados acabaría viviendo en su casa. Me sentía algo incomodo por la situación, pero no podía dejar de lado que el vivir con ella era algo muy agradable… además ella parecía estar cómoda con ello…

Me vestí lentamente, a pesar de que ya no me dolían tanto las heridas aún se podían abrir si era descuidado. La ropa que Victorie me había comprado (si quería seguir viviendo aquí tendría que conseguir un trabajo… no podía vivir de ella así…) no era algo de mi estilo habitual, pantalones cortos a cuadros y una camiseta negra. No parecía yo pero en fin. Me hice una improvisada cola en mi cabello y esperé por su llegada.

No me sorprendía mucho que la organización no se hubiera puesto en contacto conmigo en ese punto (aunque lo hubieran hecho no tenían manera de hacerlo, mi comunicador se había perdido durante asesinato), después de todo me había asegurado de tener tiempo libre tras la misión, sin embargo ya era demasiado tiempo el que había pasado y eso me preocupaba…

De pronto oí la voz de Victorie justo afuera de la casa:

-Por favor déjame en Paz Marcus, ya te dije que lo nuestro se acabó hace mucho-

-¿Qué te pasa? ¿Crees que puedes dejarme solo así estúpida? ¡Seguro fue por otro!-

-¡No digas estupideces!-La voz de Victorie era opacada por sus sollozos- ¡Eres un ebrio que me maltrataba!

-¡CALLATE!- decía el tipo que asumí se llamaba Marcus mientras levantaba su mano preparado para golpearla. Era un hombre alto, más alto que yo y era muy musculoso, el típico bravucón.

-No te atrevas a tocarla- dije con una voz nerviosa. No me encontraba nervioso por miedo a que aquel individuo pudiera hacerme daño, sino porque si él me atacaba mis instintos se apoderarían de mí, y una vez que un rival me agredía yo no me detenía hasta matarle. Y no podía hacer eso, no enfrente de Victorie.

-¿Tu quién demonios eres?- Dijo el bravucón, luego volteo a ver a Victorie con ojos inyectados de furia- ¡Lo sabía eres una zorra! –

-Marcus, lo nuestro fue hace casi un año- Gruesas lagrimas recorrían el rostro de Victorie, esa imagen rompió mi corazón en mil pedazos.

-No le grites dije mientras me acercaba al lado de Victorie.

Marcus respondió con un golpe dirigido hacía mi rostro. Fue tan lento que pude ver el recorrido completo de mi puño. Pensé en al menos siete maneras diferentes de esquivar el ataque y arrancarle el brazo y otras siete que lo matarían al instante. Por supuesto no debía hacer nada de eso… y sin embargo una voz interna me decía que lo hiciera.

“Mata…mata…”

Fue un esfuerzo supremo el que hice para no moverme. Su golpe impactó de lleno mi rostro. Debo decir que no me dolió en lo mas mínimo, pero el bruto cargó todo su cuerpo contra el mío y me tiró al suelo. Mis heridas ardieron cuando llegué al piso violentamente, no ayudó que Marcus cayera encima de mí.

-¡NO!- gritó desesperada Victorie- ¡Su espalda!-

Marcus que se acababa de levantar la recibió con un terrible golpe con la palma. Ella cayó al suelo, su fino rostro estaba rojo por el golpe.

Esto fue lo que me hizo perder el poco autocontrol que aún tenía, ahora solo veía al mundo en rojo, solo veía a mí Victima.

En la organización, durante el entrenamiento nos enseñan que un asesinato debe realizarse con sigilo y rápidamente, pero ahora eso no me bastaba, quería que fuera lento, lento y muy doloroso.

El bruto me daba la espalda, con mi pulgar presioné un nervio en su hombro. El cuerpo de Marcus se retorció, me aseguré de no presionar muy fuerte para que no se desmayara, le voltee y le golpee las costillas con mis puños, fueron golpes débiles, no quería rompérselas aún, solo dejarlo sin aire. Con mis espinillas patee el costado de sus piernas. Fueron patadas quirúrgicas, después de esto estaría cojeando por semanas (pero no le dejaría vivir tanto).

Debo admitir que era un tipo fuerte, se resistía a caer, claro mis patadas no las di con fuerza, un poco más de poder en ellas y le hubiera fracturado las piernas. Torpemente trató de contraatacar, trató de golpearme como lo había hecho segundos atrás. Atrapé su puño en el aire, le podría haber arrancado el brazo o simplemente romperle el codo. En vez de eso le rompí el dedo meñique.

El bastardo dejó escapar un grito ahogado. Ya era hora de pasar a una ofensiva seria. Le voltee de nuevo quedando su espalda contra mi cara. Una patada en la coyuntura de sus piernas le hizo caer de rodillas. Un rodillazo en su espalda le hizo arquearse por completo. Le tome por el cabello y jalé su cabeza hacía atrás, con mi otra mano estaba a punto de destrozarle la laringe…

-No…- dijo la voz ahogada de Victorie-

Su voz me devolvió la cordura, el mundo dejó de ser rojo para mi, fui consciente de lo que estaba haciendo y me sentí terriblemente mal, no debí haber dejado que Victorie viera ese lado de mi…

Levanté a Marcus del suelo y le empujé hacía la calle.

-Nunca, jamás vuelvas a tocarla-

El tipo se alejo cojeando de las piernas, ni siquiera volteó a vernos.

-Victorie yo…- le traté de decir pero ella no me dejó, entró a la casa y se encerró en su cuarto.

Yo no dije nada… la seguí hacía el interior de la casa y me senté junto a la entrada de su habitación. Solo oía sus sollozos, y cada vez que la oía llorar era como un puñal que se clavaba en mi corazón…

Aguardé en la puerta hasta que dejó de llorar, se había quedado dormida… yo no me moví… puse la cabeza entre mis manos y aguardé a que saliera… esperaría toda la vida de ser necesario.

 


Ella es Victorie


Bien, ahora que la relación entre Montague y Victorie empieza a avanzar, y ya habiendoles presentado a la encarnacion terrenal de Montague, es momento de introducirles a Victorie.

La actriz que elegí para este rol es Audrey Tautou, actriz mundialmente conocida por su rol en Amélie, y mas recientemente en El código Da Vinci junto al laureado actor Tom Hanks. A pesar de no ser tan joven como Taylor Lautner (ella tiene actualmente 34 años) siento que encaja perfectamente en el personaje, diganme ¿Qué opinan?